Leonardo Cositorto, el argentino acusado de montar una inmensa estafa piramidal llamada Generación Zoe, fue detenido este lunes en República Dominicana en un operativo a cargo de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), tras pasar dos meses fuera de su país pese a ser requerido por la Justicia local.
En concreto, el implicado era solicitado por la fiscal Juliana Companys, al afirmar que el líder de aquella organización es responsable de unas 40 estafas en la ciudad de Villa María, provincia de Córdoba (Argentina). Luego de darse a conocer estos casos, estalló el escándalo en varias oficinas de Zoe del país sudamericano, porque la firma no entregó el dinero pactado a los pequeños inversores. Otros líderes del grupo ya fueron detenidos en las últimas semanas.
Antes de producirse la captura internacional de Cositorto, el sospechoso estaba viviendo en un barrio privado ubicado en las afueras de Santo Domingo. Al momento del despliegue policial, residía en un departamento dentro de la ciudad. Mientras el líder de Zoe era requerido por la Justicia argentina, estando prófugo brindaba reportajes para intentar limpiar su nombre.
Para la fiscal había un esquema 'Ponzi'
La fiscal que acusó a Cositorto de montar una estructura para estafar a ahorristas considera que Generación Zoe se basaba en un típico esquema 'Ponzi', llamado así en honor al famoso estafador italiano Carlo Ponzi. En concreto, se cree que se atraían a pequeños inversores para que depositaran sumas en dólares, prometiéndoles ganancias extraordinarias, que a su vez se incrementaban si estos incorporaban a nuevos adeptos. Para la fiscal, los únicos ingresos comprobables de la red provenían de los nuevos ingresantes, es decir, que el circuito se cortaba cuando no había más miembros de los que obtener el dinero.
Así, cuando Zoe se quedó sin fondos para entregar las cifras pactadas a sus respectivos participantes, cientos de argentinos perdieron su dinero, y es posible que no lo recuperen. Con el correr de las semanas, el escándalo fue ganando espacio en la opinión pública y la prensa local lo definió como "la mayor estafa piramidal de la historia argentina".
El caso de Cositorto y su organización llamó mucho la atención porque este líder se presentaba como un 'gurú' espiritual de las finanzas. De hecho, brindaba talleres de 'coach' y hasta contaba con su propia iglesia, donde impartía su visión religiosa, generando confianza en los miembros. Una vez que se destapó la polémica, trascendió que en realidad no estaba reconocido por las organizaciones de 'coaching' en Argentina. Antes, la Comisión Nacional de Valores (CNV) había advertido a la ciudadanía sobre posibles operaciones fraudulentas en el mercado de capitales.
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