El lunes, Bolivia comenzó la presentación de sus argumentos ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya por el caso Silala, otro proceso en el que se enfrenta con Chile ante el órgano judicial principal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
"Se dejó claro que Bolivia siempre estuvo dispuesta a resolver esta controversia a través de un diálogo y a través de lo que aporta la ciencia y que Bolivia, coherente con su posición de defensa de la madre tierra, otorga una gran importancia al uso sostenible de las aguas del Silala, ya que esta zona alberga un ecosistema delicado, vulnerable y altamente sensible", dijo, tras su participación en la audiencia, Roberto Calzadilla, embajador boliviano en los Países Bajos y agente ante la CIJ en este caso.
El Silala es un río que nace en la alta cordillera de Bolivia; este país sostiene que procede originalmente de manantiales nacidos en su territorio. Su cauce tiene una longitud de 10 kilómetros, de ellos, unos cuatro están en territorio boliviano y seis en tierras chilenas.
La disputa ante la CIJ se remonta a 2016, cuando Chile presentó una demanda contra su vecino para pedir que se declare al río como "curso de agua internacional" y que, como consecuencia de ello, este país "tiene derecho al uso de sus aguas bajo el derecho internacional". En respuesta, los bolivianos, que acusan a los chilenos de canalizar artificialmente el cauce con una infraestructura instalada para aumentar el flujo de agua, presentaron una contrademanda ante el mismo tribunal en agosto de 2018.
El pasado viernes comenzó la presentación de alegatos, que se extenderá hasta el 14 de abril. Esta fase la iniciaron los chilenos, cuya subsecretaria de Relaciones Exteriores, Ximena Fuentes, dijo que "Bolivia ha aceptado que el Silala fluye de forma natural de Bolivia a Chile", por lo que se trata entonces de un río internacional.
Ahora, en el turno de Bolivia, además de Calzadilla, el lunes intervinieron el abogado estadounidense especializado en derecho ambiental internacional Gabriel Eckstein y los juristas franceses Mathias Forteau y Alain Pellet.
"Al contrario de lo que sostiene Chile, el Silala no puede ser descrito puramente como un curso de agua internacional natural; el Silala es en la actualidad, y lo ha sido, durante casi 100 años, un curso de agua internacional singular con caudales superficiales aumentados artificialmente", dijo Eckstein en su intervención.
El abogado estadounidense, además, desmontó las "razones sanitarias" que expuso Chile para la construcción de los canales del Silala. El país vecino dijo que la infraestructura busca un control de insectos, pero Eckstein reveló documentos que señalan que el interés es económico, puesto que el objetivo es contar con un mayor caudal de agua dulce en una de las zonas más áridas del planeta.
Una demanda con puntos limitados
"El pasado viernes, Chile ante la Corte intenta crear la impresión que Chile es una víctima de violación de obligación internacional por mi país […] Esto no es verdad", señaló, por su parte, Calzadilla.
Forteau profundizó al respecto y argumentó que la demanda chilena carece de elementos que demuestren que Bolivia cometió alguna violación del derecho internacional y, además, que esa memoria tiene puntos limitados en cuanto a objetivos.
"Su demanda carece de cualquier posibilidad, es de índole puramente declarativo. Chile no pide ninguna reparación, ni un resarcimiento. En breve, no formula ninguna demanda de remedio de ningún tipo y con motivo de que Bolivia nunca ha cometido la mínima violación del derecho internacional respecto del Silala", expresó.