La histórica camiseta que usó Maradona en el partido de 'La mano de Dios' será subastada en Londres

Su dueño es el exfutbolista inglés Steve Hodge, quien la había cedido a un museo de Manchester. La puja podría superar los 7 millones de dólares.

La camiseta usada por el exastro futbolístico Diego Maradona en el recordado partido de 'La Mano de Dios', en el que Argentina venció a Inglaterra por los cuartos de final del Mundial de 1986, será subastada en la ciudad de Londres. 

La puja, que pondrá en vilo a cientos de coleccionistas de todo el mundo, se realizará entre el 20 de abril y el 4 de mayo próximos, y se estima que podría alcanzar un valor cercano a los 6 millones de libras (unos 7,85 millones de dólares).

La casa de subastas Sotheby's hizo el anuncio a través de su cuenta de Twitter y en su página web oficial. "No lo llames solo un partido, fue más que eso. Fue historia", dice la compañía.  

La histórica prenda del '10' argentino pertenece al exmediocampista británico Steve Hodge, a quien Maradona se la obsequió tras el encuentro. Tiempo después, Hodge la cedió a un museo de Manchester.

"Ha sido un honor y un privilegio cuidar 'esa' camiseta de Diego Maradona durante más de 18 años", señaló el Museo Nacional de Fútbol de Manchester.

Aquel cruce entre los seleccionados de Argentina e Inglaterra es especialmente recordado por varias razones. Cuatro años antes del Mundial celebrado en México, ambos países protagonizaron la guerra por las Islas Malvinas, territorio insular argentino bajo dominio británico, cuya soberanía sigue siendo reclamada por el país sudamericano.

En cuanto al juego, Maradona se llevó todas las miradas por ser el artífice principal de la victoria por 2 a 1. Primero, por hacer un gol con su puño izquierdo ('La Mano de Dios'), engañando al portero Peter Shilton y al árbitro tunecino Ali Bin Nasser.

Luego, el entonces jugador del Nápoli convertiría el que se considera el mejor gol de la historia de los mundiales, tomando el balón en la mitad de la cancha y eludiendo a cinco rivales ingleses, incluido Shilton, hasta empujar la pelota hacia la red.