Según proyecciones difundidas este jueves, el Banco Mundial (BM) prevé para 2022 un crecimiento económico de 2,3 % en América Latina y el Caribe. Esto, en un escenario global de "grandes incertidumbres" por el conflicto entre Rusia y Ucrania, una elevada inflación y una posible aparición de nuevas variantes del coronavirus.
Así lo indica el nuevo informe semestral 'Consolidar la recuperación: aprovechando las oportunidades del crecimiento verde', presentado por el economista en jefe de la entidad para la región, William Maloney, durante una rueda de prensa.
Según especificó Maloney, los efectos de la crisis en Europa han incidido en las proyecciones de crecimiento previstas en el documento anterior, rebajando en 0,4 % las previsiones originales (2,7 %).
Tras registrar un rebote de 6,9 % en 2021, se espera que el PIB crezca 2,3 % este año y 2,2 % en 2023, con lo cual la mayoría de los países lograrían revertir las pérdidas económicas que sufrieron durante la crisis generada por la pandemia de coronavirus.
El Banco Mundial advirtió, no obstante, que cerca de 5,8 millones de personas de la región podrían caer en la extrema pobreza para el año 2030.
En medio de pronósticos de una reducción del crecimiento a nivel global, el BM indicó que el de Latinoamérica y el Caribe estará "entre los más bajos del mundo", debido a que la mayoría de los países son importadores de energía. Además, se trata de una región "ensimismada", de poca apertura externa, con problemas para adoptar tecnologías y con baja participación en los mercados globales.
Los efectos del cambio climático
"Nos encontramos en un entorno mundial de gran incertidumbre, que podría impactar en la recuperación pospandemia. No obstante, a largo plazo los desafíos del cambio climático serán aún más apremiantes, lo que nos obliga a avanzar de forma urgente hacia una agenda de crecimiento más verde, más inclusiva y que eleve la productividad", dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para la región.
De acuerdo con el organismo, en los últimos 20 años los países de América Latina y el Caribe perdieron el equivalente a 1,7 % de su PIB anual por causa de los desastres relacionados con el clima.
El cambio climático será también un lastre para los principales productores agrícolas. Por la sequía, "se prevé que en 2022 las pérdidas agropecuarias se acerquen a los 3.000 millones de dólares en Brasil, con pérdidas adicionales en Argentina, Uruguay y Paraguay".
Por otra parte, el informe señala que las alzas en los precios del gas y petróleo, metales y granos, podrían tener un incipiente impacto positivo en aquellas economías de América Latina y el Caribe que tradicionalmente exportan estos productos, aunque ello estará atado a la volatilidad de los valores en el mercado de productos primarios.