La China continental y Taiwán sin duda serán unidos, afirmó este viernes en rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores del país asiático, Zhao Lijian.
"China debe ser y será reunificada", aseveró el diplomático, subrayando que Pekín hará todo lo posible para lograr una reunión pacífica con la isla.
Este jueves, un grupo de seis congresistas estadounidenses arribó a Taiwán en una visita no anunciada. "La Oficina Presidencial espera seguir profundizando la asociación entre Taiwán y EE.UU. a través de este intercambio cara a cara y seguir trabajando juntos para contribuir a la paz, la estabilidad, la prosperidad y el desarrollo mundial y regional", declaró el portavoz presidencial taiwanés, Xavier Chang.
La visita se produce luego de que Washington aprobara a principios de este mes una posible venta de equipos militares a la isla, un paso que fue rechazado enérgicamente por Pekín, que lo calificó como otro intento de interferir en sus asuntos internos.
Por su parte, el portavoz de la Cancillería china recalcó que Pekín "se opone firmemente a cualquier forma de interacción oficial entre EE.UU. y la región de Taiwán" y destacó que el país asiático "seguirá adoptando medidas enérgicas para salvaguardar resueltamente su soberanía e integridad territorial".
A su vez, el vocero de la cartera de Defensa, Wu Qian, aseguró que el Ejército Popular de Liberación tomará todas las medidas necesarias para "frustrar" las injerencias externas y los intentos separatistas de "independencia de Taiwán". También indicó que la vista de los congresistas "viola el principio de una sola China y los tres comunicados conjuntos chino-estadounidenses", al tiempo que "socava gravemente los fundamentos políticos" de las relaciones entre ambos países, agravando aún más las tensiones en el estrecho de Taiwán.
- Pekín considera a Taiwán como parte irrenunciable de su territorio e insiste en que cualquier negociación con la isla que pase por encima del Gobierno central viola el principio clave de su política de una sola China.
- Aunque Washington no reconoce a Taiwán —que se autogobierna con una administración propia como país independiente—, mantiene una política de ambigüedad estratégica hacia la isla, reservándose el derecho a mantener relaciones especiales con Taipéi, que, en su opinión, toma sus propias decisiones. La mayoría de los países, incluido Rusia, reconocen a Taiwán como parte integral de la República Popular China.