Richard Bernard Moore, un hombre de 57 años que ha pasado más de dos décadas en el corredor de la muerte tras ser declarado culpable de matar a un empleado de una tienda de la ciudad de Spartanburg (Carolina del Sur, EE.UU.) ha decidido ser ejecutado por un pelotón de fusilamiento en lugar de la silla eléctrica.
Esta sería la primera ejecución de un preso en el estado de Carolina del Sur en 11 años y la primera muerte por fusilamiento después de que los legisladores estatales modificaran la ley de la pena capital el año pasado.
"Creo que se me está obligando a elegir entre dos métodos inconstitucionales de ejecución", dijo Moore en un comunicado citado por los medios, señalando que se oponía con más fuerza a la muerte por electrocución y que solo eligió el pelotón de fusilamiento porque se le exigió que tomara una decisión.
Según la ley estatal, también se permite elegir la inyección letal, pero en los últimos años Carolina del Sur no ha podido obtener las drogas necesarias para aplicarla.
El mes pasado, el estado anunció que había concluido la renovación de la cámara de la muerte del Centro de Pena Capital en la Institución Correccional de Broad River, en Columbia, para realizar fusilamientos, así como también un nuevo protocolo de ejecución.
El recluso fue arrestado por matar al empleado James Mahoney durante un robo frustrado a una tienda de conveniencia en 1999 y condenado a muerte en 2001.
Los abogados de Moore han pedido a la Corte Suprema estatal que retrase la ejecución para que la Corte Suprema de EE.UU. pueda revisar si la sentencia de muerte fue un castigo desproporcionado, ya que el acusado no trajo un arma consigo al robo y creen que no tuvo la intención de matar a alguien cuando entró al establecimiento.