El plan de la Unión Europea para reducir su dependencia del gas natural ruso como respuesta a la operación militar de Moscú en Ucrania podría ser una "mina de oro" para los exportadores estadounidenses, apunta un artículo publicado este lunes por Financial Times.
El diario señala que las empresas de gas natural licuado (GNL) de EE.UU. esperan un mayor crecimiento de la demanda energética por parte de los consumidores europeos, como indican las recientes subidas de sus acciones y el aumento de los acuerdos comerciales. De hecho, la mayor parte del GNL estadounidense ya se suministra a Europa, que representa el 70% de las exportaciones de este año.
"El largo plazo para el GNL estadounidense está fuera de toda duda", dijo Michael Smith, director general de Freeport. "Europa reconoce que necesita el GNL frente a la creencia de que podría salir de esto [la crisis energética] simplemente con las energías renovables. [...] Es un paso enorme y positivo", agregó.
En este contexto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente estadounidense, Joe Biden, anunciaron en marzo pasado un acuerdo por el que la Unión Europea garantizaría una demanda a largo plazo de 50.000 millones de metros cúbicos de GNL al año para compensar parte del gas que el bloque comunitario importa desde Rusia.
Sin embargo, según Financial Times, EE.UU. no está en condiciones de sustituir inmediatamente todo el suministro ruso. Las perspectivas de aumentar la producción de GNL son inciertas, ya que los costes de desarrollo están subiendo mientras los precios del gas en EE.UU. se disparan, y la realización de los nuevos proyectos pueden tardar años. Además, antes de iniciar la construcción de un nuevo proyecto de licuefacción, los clientes suelen tener que firmar acuerdos de compra por un plazo de dos o más décadas.