Este martes, China y las Islas Salomón firmaron en Pekín un tratado de seguridad, acto por el que altos funcionarios de EE.UU., Australia, Japón y Nueva Zelanda ya expresaron su preocupación.
Así, la Casa Blanca sostuvo en un comunicado que el acuerdo plantea "graves riesgos para un Indo-Pacífico libre y abierto" y prometió intensificar la cooperación con dichos países para "hacer frente a los retos del siglo XXI" en la región.
Por su parte, el Gabinete australiano señaló que está "profundamente decepcionado" con el tratado. Aunque Canberra reconoce la soberanía de las Islas Salomón en cuestiones de garantías de seguridad, la mejor fuente de garantías de seguridad para el Estado archipelágico serían Australia y sus socios, indicaron los ministros en un comunicado citado por ABC.
Qué dice el borrador
La versión final del acuerdo todavía no ha sido divulgada. Sin embargo, a finales de marzo el borrador del pacto se filtró en las redes sociales.
De acuerdo al texto, la nación del Pacífico obtiene el derecho de "solicitar a China que envíe a la Policía, Policía Armada, personal militar y otras fuerzas del orden y armadas". La decisión puede ser tomada por el Gobierno salomonense "de acuerdo a sus propias necesidades" y con el fin de "apoyar el mantenimiento del orden social, la protección de las vidas y propiedad de las personas, responder a desastres, o prestar de ayuda en otras tareas acordadas por las partes".
Por su parte, China obtiene el derecho de realizar "visitas de buques, llevar a cabo reabastecimiento logístico y hacer escala y transición en las Islas Salomón" con el consentimiento de la nación del Pacífico. Asimismo, puede desplegar en el archipiélago "fuerzas relevantes […] para proteger la seguridad del personal y grandes proyectos chinos".
De momento, no se sabe si el acuerdo será publicado. "También es poco probable que sepamos, a menos que el acuerdo se filtre nuevamente, si la versión firmada varía sustancialmente del borrador filtrado", opina la experta australiana en seguridad del Pacífico, Anna Powles.
"Para Australia, es potencialmente una pesadilla estratégica"
Aunque las disposiciones del acuerdo no hablan explícitamente de la creación de una base naval china en el archipiélago, ubicado a tan solo 1.500 kilómetros de la costa noroeste de Australia, Canberra teme que sea lo que prevé el texto.
"Es la mayor preocupación de este acuerdo para Australia. Esta expresión, 'base naval', representa un conjunto más amplio de inquietudes estratégicas. Para Australia, es potencialmente una pesadilla estratégica", explicó a The Guardian el ex alto comisionado de Australia para Islas Salomón, James Batley.
Varios estadistas australianos ya expresaron sus preocupaciones por ese posible desarrollo. Así, el viceprimer ministro del país, Barnaby Joyce, afirmó que el pacto tiene un "doble propósito". "China puede, si sigue adelante, establecer una base militar allí. […] No queremos una pequeña Cuba frente a nuestras costas", dijo el político el martes, según la agencia australiana AAP.
Por su parte, la líder de la oposición en el Senado australiano, Penny Wong, tildó el acuerdo como "el peor error de la política exterior australiana en el Pacífico desde el final de la Segunda Guerra Mundial" y culpó al primer ministro, Scott Morrison, de hacer posible su firma.
Este lunes, la Casa Blanca notificó que enviaría esta semana una delegación diplomática a las Islas Salomón, Fiyi y Papúa Nueva Guinea. La misión "incluirá representantes del Consejo de Seguridad Nacional, el Departamento de Estado, el Departamento de Defensa y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional" y "buscará profundizar aún más nuestros lazos duraderos con la región y promover una sociedad libre, abierta y resistente en el Indo-Pacífico", señaló en un comunicado.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Ned Price, dijo: "A pesar de los comentarios del Gobierno de las Islas Salomón, la naturaleza amplia del acuerdo de seguridad deja abierta la puerta para el despliegue de fuerzas militares de la República Popular China en las Islas Salomón".
Postura de China y las Islas Salomón
Entre tanto, ambos países firmantes del acuerdo desmienten tales preocupaciones.
El 1 de abril, el Gobierno salomonense tildó las suposiciones de la posible apertura de una base militar china en el archipiélago de "desinformación promovida por los comentaristas antigubernamentales". "El Gobierno es consciente de las ramificaciones de seguridad de albergar una base militar, y no será descuidado como para permitir que dicha iniciativa se lleve a cabo bajo su tutela", indicó en un comunicado citado por The Diplomat.
"No redundará en interés de las Islas Salomón albergar ninguna base naval o militar de ningún país, porque eso inmediatamente convertirá a las Islas Salomón en un objetivo militar para otros países", sostuvo el primer ministro salomonense, Manasseh Sogavare, seis días después.
Una retórica similar proviene desde Pekín, donde el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Zhao Lijian, descartó el 1 de abril que China quiera militarizar el Indo-Pacífico. "Cuando se trata de la militarización de la región del Pacífico Sur, los países individuales […] están empeñados en crear una camarilla militarizada y amenazar seriamente la seguridad y la estabilidad regionales al introducir el riesgo de proliferación nuclear", dijo el diplomático al respecto.
Este miércoles, un alto funcionario chino reiteró en un comentario a The Guardian: "No estamos interesados en construir una base naval aquí en las Islas Salomón".