Un monumento en honor al Ejército Rojo, que liberó a Polonia tras cinco años de ocupación nazi, fue desmontado este miércoles en el pueblo de Siedlec, en el oeste del país. Era el símbolo que conmemoraba a los soldados soviéticos que murieron en 1945 luchando contra la Wehrmacht en el área de Wolsztyn.
El presidente del Instituto de la Memoria Nacional, Karol Nawrocki, asistió a la demolición del monumento y declaró que el proceso de "descomunización" en Polonia debe completarse y que "no hay lugar para tales símbolos en la Polonia libre".
"Es una injusticia para las víctimas, una violación de la historia, de la verdad histórica y de la decencia poner en pedestales a quienes esclavizaron a Estados libres e independientes. A quienes causaron dolor y sufrimiento a mujeres y niños; a quienes hoy se convierten en modelos de genocidios; lamentablemente, un modelo cada vez más seguido para los genocidios del siglo XXI", declaró Nawrocki, citado por los medios locales.
Por su parte, el jefe de la comuna de Siedlec, Jacek Kolesinski, afirmó que el monumento demolido "es un ejemplo de un lugar donde nos faltó un poco de coraje". "Estos monumentos nos recuerdan lo importante que es para nosotros ser nosotros mismos, ser fuertes, fuertes e independientes", indicó.
El obelisco en cuestión representaba la figura de un soldado soviético con un rifle en las manos que aplastaba con un pie un casco alemán. La inscripción en el pedestal rezaba: "Gloria eterna a los héroes que murieron en la lucha por la libertad y la independencia de nuestra patria". Asimismo, el monumento contenía los emblemas de la hoz y el martillo inscritos en la estrella soviética de cinco puntas. Era obra del artista local Edward Przymuszala, quien hizo varios monumentos similares en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial.
El miércoles, un total de tres monumentos del Ejército Rojo fueron retirados del espacio público en Polonia, de la sesentena que existen en el país. Los símbolos conmemorativos del Ejército Rojo fueron eliminados en Siedlec, Miedzyblocie y Garncarsko.
En 2016 el Gobierno polaco aprobó una ley que prohíbe la propaganda de los regímenes totalitarios, y ordenó retirar los monumentos que glorifican los sistemas totalitarios, entre los que incluye el comunismo. En marzo, Nawrocki instó a los gobiernos locales a retirar del espacio público todos los símbolos del comunismo.