Un militar ucraniano que logró abandonar la planta metalúrgica Azovstal, situada en la ciudad de Mariúpol, señaló que los combatientes en la región quieren deponer las armas, pero su mando no se lo permite.
De acuerdo con sus palabras, el estado de ánimo de los efectivos en Azovstal es "deprimente" y, "a juzgar por las conversaciones, todos quieren rendirse, pero tienen miedo". Detalló que estas personas "tienen miedo de que les disparen desde ambos lados".
"Presté la atención en cómo me trataron hoy. Me abandonaron. Tuve que arrastrarme, me alejé un poco y me tumbé. Tomé unas bolsas blancas que encontré y las agité para que ustedes me encuentren", señaló el uniformado, cuyo nombre no fue dado a conocer.
El efectivo sostuvo que "esta guerra no es nuestra" y que "todo lo que pasa aquí hay que solucionarlo de una manera normal", mientras, detalló que quiere enviar este mensaje a las autoridades ucranianas, "que supuestamente existen y que simplemente abandonaron a todos los soldados".
Mientras tanto, el Ministerio de Defensa de Rusia declaró este viernes que está dispuesto a imponer el régimen de alto al fuego para garantizar la salida segura de los civiles, que, de acuerdo con las declaraciones de Kiev, se encuentran en la fábrica. Además, desde el Ministerio señalaron que permitirán la salida de los militares ucranianos que acepten dejar las armas y rendirse.