Putin: "Los militares ucranianos deben dejar salir a los civiles de Azovstal o estarían actuando como el Estado Islámico"
La situación en la planta Azovstal en Mariúpol es complicada a primera vista, pero es sencilla: si hay civiles en las instalaciones, los militares de Ucrania deben dejarles salir, afirmó el presidente ruso Vladímir Putin tras una reunión con el secretario general de la ONU, António Guterres, celebrada en Moscú.
"Azovstal está aislado completamente, he ordenado que no haya combates allí. Hemos oído de las autoridades ucranianas que hay civiles allí, entonces los militares ucranianos deben dejarles salir o estarían actuando como terroristas en muchos países, como el Estados Islámico en Siria cubriéndose con civiles", dijo.
El mandatario explicó que "lo más sencillo que se puede hacer es liberar a estas personas".
El presidente señaló que los militares asediados en Azovstal tienen un ejemplo de sus compañeros que depusieron las armas y se encuentran a salvo.
"Si, estimado señor secretario general, los representantes de la Cruz Roja Internacional y de la ONU quieren ver cómo y dónde se mantienen, cómo se trata a los heridos, por favor, estamos dispuestos a proporcionar esa oportunidad", sugirió Putin.
Además, sugirió que el jefe de la ONU al parecer ha sido engañado acerca de los corredores humanitarios en Mariúpol, subrayando que "sí funcionan" y que más de 100.000 personas los han usado.
Diálogo estancado tras la provocación en Bucha
El presidente ruso aseguró a Guterres que, pese a que la operación militar en Ucrania continúa, Moscú espera conseguir un acuerdo por vía diplomática y no rechaza las negociaciones.
Recordó que en las negociaciones en Estambul a finales del mes pasado las delegaciones de Rusia y Ucrania hicieron un avance esencial. "Pero lamentablemente, luego que mostramos nuestra intención de crear condiciones favorables para la continuación de las negociaciones, nos enfrentamos a la provocación en la localidad de Bucha, con la que el Ejército ruso no tiene nada que ver", señaló.
Tras el suceso, por el que Occidente culpa a los militares rusos, "la postura de la delegación ucraniana ha cambió drásticamente: revocaron sus intenciones previas".
"Sabemos quién organizó esta provocación, con qué medios y qué personas trabajaron en ella", recalcó Putin.