Un equipo de investigadores australianos publicó recientemente en la revista Plos One un estudio en el que concluye que las vasijas de cerámica de Jerusalén de los siglos XI y XII podrían haber sido utilizadas como granadas de mano antiguas durante la época de las cruzadas.
Los científicos analizaron cuatro de estas vasijas redondas y con base en forma de cono halladas en el Jardín Armenio de la Ciudad Vieja amurallada de Jerusalén entre 1961 y 1967, conservadas actualmente en el Museo Real de Ontario (Canadá).
Estudios anteriores habían determinado que estos objetos poseían múltiples funciones, como la de conservar cerveza, mercurio, aceite y hasta medicamentos. Sin embargo, nunca se había demostrado que también se usaran para transportar explosivos.
En el marco de la reciente investigación, los expertos descubrieron que una de las vasijas contenía residuos de lo que parece ser material explosivo.
"Esta investigación ha demostrado el uso diverso de estos recipientes de cerámica únicos que incluye artefactos explosivos antiguos", asegura Carney Matheson, autor principal del estudio y arqueólogo molecular de la Universidad de Griffith (Queensland, Australia). "Algunos investigadores habían propuesto que los recipientes se usaron como granadas y contenían pólvora negra, un explosivo inventado en la antigua China y que se sabe que se introdujo en el Medio Oriente y Europa en el siglo XIII".
Matheson señaló que, sin embargo, "esta investigación ha demostrado que no es pólvora negra y que probablemente se trata de un material explosivo inventado localmente".
A través de una variedad de pruebas químicas, los investigadores encontraron que los otros tres recipientes probablemente contenían aceites, material perfumado y medicamentos.
Los relatos históricos del asedio de Jerusalén durante las cruzadas en el año 1187 mencionan el uso de armas similares a las granadas de mano y, de hecho, también se han encontrado reliquias similares a la descrita en este estudio en otros lugares.
Aún así, sigue sin estar claro qué había exactamente dentro de estas primeras granadas de mano.
"Más investigación sobre estas vasijas y su contenido nos permitirá comprender la antigua tecnología explosiva del período medieval y la historia de las armas explosivas en el Mediterráneo oriental", concluyó Matheson.