Una residente de Mariúpol relata cómo los militares de las Fuerzas Armadas de Ucrania impidieron a los civiles heridos recibir tratamiento médico.
La mujer indicó que en la iglesia fue herido un acólito y ella "salió corriendo a llamar a los servicios de emergencia". Sin embargo, los soldados ucranianos le dijeron, amenazándole con sus armas, que "se metiera en el sótano y no volviera a salir".
Luego, señaló la residente, "la esposa [del acólito] saltó con un trapo blanco, gritando que estaba sangrando", pero los militares le apuntaron con una ametralladora. "Entren en el sótano, no salgan del sótano", indicaban a todos.

