RT visitó una base abandonada de la formación nacionalista ucraniana Aidar acompañada de un exprisionero de ese batallón que describió las torturas a las que fue sometido en ese lugar. Ese hombre y varios de sus compañeros fueron detenidos y maltratados allí en 2014 luego de participar en una protesta pacífica contra el despliegue de tropas ucranianas en Lugansk.
Mientras ambos recorrían las instalaciones de su antiguo reclusorio, la víctima recordó que todos recibían fuertes palizas y que incluso a él le rompieron un dedo. "Me golpeaban por todas partes. Nos golpeaban a todos. Estábamos llenos de moretones, irreconocibles", contó.
"Uno pegaba, otro hacía el interrogatorio y también había un vigilante. Pegaban fuerte, muy fuerte", añadió.
Además del maltrato físico que recibieron, el exprisionero asegura que les gritaban y amenazaban con matarlos a ellos y a todos los suyos, y también les preguntaban sobre Rusia y si pensaban establecer "un mundo ruso" en Ucrania. "Los vamos a matar a todos. Averiguaremos dónde viven. Todos teníamos miedo, temíamos por nuestras familias", concluye.