Dos altos mandos de la 36.ª brigada de la Infantería de Marina de las Fuerzas Armadas de Ucrania que fueron capturados al intentar salir de la fábrica de maquinaria Azovmash de Mariúpol, rodeada por las tropas rusas, han testificado sobre su actuación durante las hostilidades en la ciudad.
"Kiev dijo que había que aguantar"
El comandante de la brigada, coronel Vladímir Baraniuk, condecorado este año con el título de Héroe de Ucrania, y el coronel Dmitri Kormiankov, jefe de plana mayor, relataron a RT que estuvieron "defendiendo" la localidad desde principios del pasado mes de marzo y que a mediados de abril "se quedaron sin munición", por lo que decidieron abandonar la planta.
"Estábamos rodeados y nos quedamos sin munición. Ya en las siguientes 24 horas no tendríamos nada para responder al fuego del enemigo", declaró Kormiankov. Asimismo, explicó que sus soldados al principio no estaban "preparados para operaciones de combate en la zona poblada" y no tenían esa tarea. "Por lo tanto, no tuvimos oportunidad de hacer ningún reconocimiento adicional ni de realizar ninguna maniobra adicional. Teníamos que ocupar estáticamente la defensa, sin preparación, y luego actuar según las circunstancias", añadió.
"Kiev dijo que había que aguantar. Aguantar", afirmó, a su vez, Baraniuk. Cuando el periodista citó a Alexéi Arestóvich, asesor del jefe de la Oficina Presidencial de Ucrania, quien dijo previamente que las fuerzas ucranianas no pueden acceder a los soldados rodeados, el militar apuntó: "Bueno, eso no es lo que nos dijeron.
[Nos dijeron] Que las unidades de desbloqueo están llegando, las tendrán". Señaló que, de este modo, las autoridades ucranianas mintieron al haberle prometido "una cierta ayuda":
"Se prometió una cierta ayuda. En consecuencia, esta ayuda no se produjo, lo que nos impulsó a salir al encuentro de nuestras unidades"
"Habríamos salido antes y habríamos salvado más vidas. De eso no hay duda", admitió el jefe de la plana mayor de la brigada.
El batallón nacionalista Azov
Tanto Baraniuk como Kormiankov declararon que no saben nada de las actividades del batallón nacionalista Azov, que permanece en la planta Azovstal de Mariúpol.
El comandante de la brigada comentó la colaboración con los militantes del batallón Azov. "El batallón Azov forma parte, desde el punto de vista organizativo, de la 12.ª brigada de la Guardia Nacional [de Ucrania]", indicó. Explicó que, como el cuartel ucraniano de defensa de la ciudad estaba situado en Azovstal, "solía ir allí para varios momentos de coordinación relacionados con la interacción y el trabajo conjunto. Esa fue la base de, digamos, nuestro trabajo conjunto", dijo.
Ambos altos mandos destacaron que no apoyan el nazismo.
"No me relaciono con ellos. No lo sé. No me interesan", señaló Kormiankov, refiriéndose al batallón Azov. "No me interesan sus planteamientos y opiniones ideológicas. No apoyo de ninguna manera ningún movimiento, ninguna ideología ni nada", añadió.
Voluntarios extranjeros en busca de "algún tipo de aventura militar"
Al ser preguntado sobre los voluntarios extranjeros, el comandante de la brigada reveló que había dos británicos sirviendo en uno de sus batallones. "La legislación ucraniana permite que los extranjeros sirvan legalmente en las Fuerzas Armadas. Se firma un contrato oficial y la gente sirve", explicó.
El militar ucraniano admitió que le sorprendieron las razones por las que los extranjeros deciden unirse a las tropas de Ucrania. Al respecto manifestó:
"Los motivos de esta gente me sorprenden, francamente. ¿Para qué? ¿No pueden ganar dinero en algún sitio? Ellos dicen: 'No, somos aventureros'. Yo digo: '¿Qué sentido tiene?'"
Además, detalló que algunos militares extranjeros "llegaron mucho antes", "en algún momento de 2018, tal vez incluso antes". "Mucho antes, digamos, del comienzo de lo que en Rusia llaman operación. Así que creo que vinieron a luchar por nosotros y, en segundo lugar, a buscar algún tipo de aventura militar", apuntó.
Armas e instructores occidentales
Al mismo tiempo, Baraniuk indicó que sus soldados contaban con misiles antitanque estadounidenses Javelin y varias armas occidentales, algunas de ellas alemanas, "del nivel de los RPG-22", un lanzacohetes antitanque monotiro descartable soviético.
También confirmó que los militares ucranianos han sido entrenados por instructores extranjeros. "Sí, hay misiones militares en Ucrania: británicas, canadienses", apuntó. "La mayor parte de esta formación era de carácter táctico, a nivel de táctica defensiva, hasta el escuadrón de allí. Medicina táctica. Algún tipo de proceso de planificación. Y eso es todo", detalló.
"Ucrania podría hacer concesiones para poner fin al conflicto"
Ambos militares ucranianos subrayaron que Kiev y Moscú tienen que negociar la paz y llegar a un acuerdo para poner fin al conflicto.
"En cualquier caso, tendremos que llegar a un acuerdo", manifestó Baraniuk, que agregó: "Creo que tenemos que negociar, en cualquier caso. No hay otra alternativa, por desgracia. O la aniquilación total de un bando o del otro, es decir, la victoria absoluta, por así decirlo. O las negociaciones. Para mí, digamos, no hay otra alternativa"
"No me gustaría seguir luchando. Me gustaría la paz", manifestó, por su parte, Kormiankov. "No me gustaría que este conflicto se resolviera militarmente, este conflicto no puede resolverse militarmente", apuntó.
El militar opinó que "Ucrania podría hacer concesiones para poner fin a este conflicto", entre ellas "un régimen sin la OTAN y una garantía de no agresión", lo que, según él, constituye "los aspectos básicos, los puntos clave".
"A nuestros antepasados les horrorizaría lo que está ocurriendo ahora en Ucrania. Estarían muy sorprendidos. Estarían muy enfadados, por no decir otra cosa", manifestó Kormiankov.