"Nos colgaban en la celda, nos golpeaban": Un miliciano de Lugansk muestra una prisión secreta de tortura del batallón ucraniano Aidar

El hombre relató que el maltrato llegaba a tal punto que en ocasiones ya no se sentía el dolor.

Un miliciano de la República Popular de Lugansk (RPL) relató en una entrevista a RT que los miembros del batallón neonazi ucraniano Aidar le sometían a torturas en una prisión secreta. 

El hombre indicó que junto con otros milicianos estaban en un puesto de control, cuando fueron emboscados por Aidar. Luego, les trasladaron a la localidad de Polovínkino en la región de Donbass, que actualmente está bajo control de la RPL.

"Nos interrogaban, golpeaban, no nos alimentaban. [Miembros de Azov] nos maltrataban. Nos daban un pequeño vaso de agua a mí y a mi difunto jefe. Él fue envenenado aquí", recordó. El entrevistado precisó que su comandante empezó a tener alucinaciones y luego falleció. 

"Nos colgaban en la celda, nos golpeaban [tan] fuertemente, que te acostumbrabas al dolor. En ocasiones simplemente ya no sentías ese dolor", afirmó el miliciano, al agregar que en la camára de torturas había un "'carnicero'" de dos metros de altura. "Este no tenía piedad hacia la gente. Rompía a la gente en el sentido literal de la palabra, sus huesos se quebraban", agregó. 

Además, el hombre profundizó sobre las condiciones en las que permanecían en cautiverio. En su celda no había luz, por lo que determinaba la hora del día por el canal de ventilación. Tampoco podía ir al baño de forma normal.

A principios de marzo, la vicecanciller de la RPL, Anna Soroka, relató a RIA Novosti que las instalaciones en cuestión en la localidad de Polovínkino parecen una especie de campo de concentración.