Tras dos años desde el inicio de la pandemia, Corea del Norte registró recientemente su primer caso de coronavirus y se enfrenta ahora a lo que podría ser uno de los retos más importantes para su supervivencia, donde su política de aislamiento puede tener un importante giro, según recogen varios expertos.
El líder norcoreano Kim Jong-un afirmó el sábado pasado que su país se enfrenta a una "gran conmoción" debido al brote de coronavirus, mientras se han reportado 21 muertes adicionales a causa de la enfermedad.
En este contexto, Kim ordenó introducir estrictos confinamientos en todo el país para "bloquear perfectamente el vacío de propagación del virus malicioso". Además, instó a reforzar la vigilancia a lo largo de las fronteras, en el mar y en el aire con el fin de "evitar un vacío de seguridad en la defensa nacional". Sin embargo, algunos expertos aseguran que el panorama para Pionyang es más complicado de los que se cree.
Mayor susceptibilidad que el resto del mundo
A pesar de que las investigaciones demuestran que los efectos del ómicron pueden ser más leves que otras variantes del coronavirus, este no sería necesariamente cierto para Corea del Norte, según explicó a The Korean Herald Kim Woo-joo, profesor de enfermedades infecciosas de la Universidad de Corea, con sede en Seúl.
Si los informes de que Corea del Norte no ha sido expuesta previamente al covid-19 son ciertos, el país está ahora donde el resto del mundo estaba en la primera mitad del 2020: sin vacunas, sin tratamientos y sin inmunidad en la población, indicó Kim.
"Una de las principales razones por las que los países experimentaron una menor tasa de mortalidad con ómicron es por la presencia de una inmunidad bastante reciente entre la población a partir de una infección o vacunación previa", resaltó el docente, señalando que "en Corea del Norte no hay circulación de cepas anteriores, lo que significa que toda su población es susceptible".
Carencia de recursos y equipamiento
En ausencia de intervenciones médicas, Corea del Norte tendría pocas posibilidades de superar el brote de ómicron. "En este momento no tienen otra opción que imponer encierros como el de China, ya que no tienen medicamentos para el tratamiento y nadie ha sido vacunado", indicó a Bloomberg Lee Sang-keun, director de investigación estratégica del Instituto de Estrategia de Seguridad Nacional, afiliado a la agencia de espionaje de Corea del Sur.
Aunque el aislamiento sigue siendo la única estrategia disponible para el país, este enfoque podría ser solo una solución a corto plazo. "Después de infectar a una parte importante de la población, el virus puede ser menos amenazante durante un tiempo. Después, es probable que vuelva a brotar", afirmó el director general del Instituto Internacional de Vacunas, el doctor Jerome Kim.
"El virus también puede acabar transmitiéndose más lentamente sin ser detectado, en el sentido de que Corea del Norte no tiene buenas medidas de pruebas", indicó el médico, destacando que el sistema chino "funcionó porque tienen los recursos para hacer pruebas masivas y la fuerza económica para asegurar la cuarentena", además de las vacunas.
De igual forma, tras el reconocimiento oficial de Pionyang del primer caso de infección por el coronavirus, la administración del nuevo presidente de la vecina Corea, Yoon Suk-yeol, expresó su disposición a suministrar ayuda humanitaria al Norte. Seguramente más propuestas similares de organizaciones internacionales vendrán y la probabilidad de que esta vez Corea del Norte no rechace la ayuda está aumentando, sugirió Andréi Lankóv, profesor de la Universidad de Kookmin de Seúl en una conversación con Izvestia. En este contexto, las autoridades norcoreanas podrían llegar a aceptar al menos algunas vacunas, sugirió Lankóv.
Sin embargo, una mejor noticia para la comunidad internacional puede ser que la penetración del virus a Corea del Norte podría frenar los planes de las autoridades de realizar otra prueba de misiles. "Cuando la amenaza urgente tiene que ver con el coronavirus y no con un ejército extranjero, la audiencia interna del régimen de Kim puede estar mucho menos interesada en una prueba nuclear o de misiles", expresó Leif-Eric Easley, experto de la Universidad de Mujeres Ewha (Seúl), a The Guardian.
Desafío para Pionyang
Anteriormente, tanto China como la OMS ofrecieron vacunas a Corea del Norte, pero las autoridades las rechazaron. Sin embargo, el nuevo panorama puede significar un cambio de opinión, aseguran los expertos.
"Sospecho que quieren desesperadamente la ayuda de China, y que China ofrecerá todo lo que pueda", comentó a la BBC Owen Miller, profesor de estudios coreanos en la universidad londinense SOAS. La prioridad de China, dice, es mantener la estabilidad de Corea del Norte.
Sin embargo, añade, Pionyang podría no querer otra ayuda exterior, lo que supondría una vuelta a la década de 1990, cuando había un gran número de agencias de ayuda. Sería "muy desestabilizador para los gobernantes hacer frente a esta vigilancia en su propio territorio", afirma.
El coronavirus es "sin duda una agenda clave" en la política norcoreana, según comentó a The Korea Herald Park Won-gon, profesor de estudios norcoreanos en la Universidad Ewha Womans. "Corea del Norte ha respondido al covid-19 con lo que yo diría que es casi una neurosis. Esto se debe a que se consideró como un desafío potencial para la supervivencia del régimen", agregó.
"La mayoría de los escenarios de colapso de Corea del Norte descartan la posibilidad de una rebelión popular que suponga una amenaza para el régimen. Pero una pandemia combinada con dificultades económicas prolongadas se ha discutido como un posible escenario bajo el cual se podría instigar tal malestar", concluyó Park.