El prófugo ex primer ministro de Macedonia del Norte, Nikola Gruevski, ha sido condenado a nueve años de prisión por haber ordenado ilegalmente en 2011 la demolición de un gran complejo residencial y empresarial propiedad de un antiguo aliado que se convirtió en opositor, informa este sábado AP.
El Tribunal Penal de Skopje dictaminó que la demolición fue un "acto de venganza política" contra Fijat Canoski, entonces líder del Partido por el Futuro Europeo (PEI, por sus siglas en macedonio), que había abandonado la coalición gubernamental conservadora de Gruevski y se había unido a la oposición.
Gruevski fue uno de los cuatro exfuncionarios de su Gobierno sentenciados a última hora de este viernes en relación con la demolición del edificio Cosmos Building. Así, el exministro de Transportes del país balcánico, Mile Janakieski, recibió tres años de cárcel, mientras que Toni Trajkovski, exalcalde del municipio capitalino de Gazi Baba, y otro exfuncionario municipal fueron condenados a cuatro años de prisión cada uno. Los tres deben también pagar un total de 11 millones de euros (11,6 millones de dólares) en concepto de daños y perjuicios. Por su parte, otros tres funcionarios fueron absueltos.
El propio ex primer ministro, que actualmente se describe como consultor, comparó su situación con la de un personaje de la novela de Franz Kafka 'El proceso' que fue procesado y condenado a muerte sin conocer las acusaciones que pesaban sobre él. Gruevski afirmó en las redes sociales que se cuestionaba por qué se había descubierto que había destruido edificios construidos ilegalmente y que estaban, por tanto, destinados a la demolición. "Díganme, ¿cómo voy a demoler unos edificios que están para demoler, que están construidos ilegalmente, después de todo lo que les está pasando a ustedes y a otros?", se peguntó, añadiendo: "Así que es mejor responder por algo que no se derrumbó y que debería haberse derrumbado, que por demoler lo que debería haberse derrumbado".
- Se trata de la cuarta condena de Gruevski desde que dejó el cargo en 2016 tras casi diez años en el poder y huyó en 2018 a Hungría antes de que pudiera ejecutarse la primera sentencia. En concreto, fue condenado en 2018 a dos años por influir ilegalmente en funcionarios del Ministerio del Interior por la compra de un coche blindado de lujo. En 2020, obtuvo un año y medio de prisión por orquestar la violencia contra sus oponentes políticos en 2013. En abril de 2022, fue sentenciado a siete años por utilizar los fondos de su partido para enriquecerse
- Además, hay otras dos causas pendientes contra el ex primer ministro por corrupción, irregularidades electorales y abuso de poder. Los cargos se derivan de un escándalo de escuchas telefónicas que estalló en 2015, cuando se supo que se habían grabado ilegalmente las conversaciones de más de 20.000 personas: políticos, jueces, policías, periodistas y diplomáticos extranjeros