Pese a los suavizados retratos que hacen frecuentemente los medios de comunicación occidentales sobre el batallón neonazi Azov, la propia apariencia de los integrantes de la formación ultranacionalista ucraniana parece dejar pocas dudas sobre sus inclinaciones ideológicas.
Tras la liberación de la planta Azovstal de Mariúpol, milicianos de Azov capturados por las fuerzas rusas mostraron ante las cámaras los tatuajes que lucen en sus cuerpos.
Así, en el antebrazo de uno de los combatientes figura el símbolo 'wolfsangel' estilizado, que fue utilizado en la Alemania nazi por unidades de las Waffen-SS como la 2.ª División SS 'Das Reich'. Por encima, se distingue también una calavera que aparece en el emblema de la 3.ª Panzerdivision SS Totenkopf.
Asimismo, se puede ver un tatuaje del número 14/88, usado por supremacistas blancos y seguidores de Adolf Hitler, y un 'sol negro', asociado tradicionalmente con los nazis, entre otros símbolos.
Otro integrante del batallón mostró su abdomen tatuado con una cita de Hitler: "No tiene inicio ni final. La guerra es la vida misma. La guerra es el punto de partida".
Mientras, otro combatiente se tatuó en el antebrazo la frase "Jedem das Seine", traducción al alemán de la frase latina que significa "A cada uno lo suyo". La expresión aparecía en la entrada del campo de concentración nazi de Buchenwald.
Entre otros tatuajes, destacan también retratos de varios referentes de la extrema derecha del siglo XX como Hitler, Stepán Bandera, líder nazi ucraniano durante la II Guerra Mundial, o Román Shujévich, uno de los líderes de la Organización de Nacionalistas Ucranianos. Sin embargo, estos no se limitan a personas del pasado: también se puede ver uno del ruso Maxim Martinkévich, más conocido como Tesak, quien fue el líder de un movimiento neonazi.
Asimismo, varios combatientes mostraron también en sus cuerpos símbolos satánicos.