Los intentos de Washington de reducir el estatus de Rusia al de un Estado paria "fracasarán" debido a la divergencia de opiniones de la comunidad internacional en relación con la operación militar rusa en Ucrania, escriben el columnista de The Spectator, Daniel R. DePetris, y el investigador del Instituto Saltzman de Estudios sobre guerra y paz de la Universidad de Columbia, Rajan Menon, en un artículo de opinión para Politico.
Mientras Washington y sus aliados ven el conflicto entre Moscú y Kiev como una cuestión de la independencia de Ucrania y del "'orden mundial basado en reglas' diseñado por EE.UU.", para gran parte del resto del mundo, la respuesta a la operación militar rusa no resulta tan directa, destacan los autores.
Así, en un intento de proteger sus propios intereses o defender su visión del mundo, una serie de países —entre ellos India, Brasil, México, Turquía, Indonesia y Sudáfrica— optó por no comprometerse con las exigencias de Washington a "castigar públicamente" a Rusia.
El aislamiento no resolverá el conflicto
Según DePetris y Menon, dichos Estados no perciben la crisis como una "grave amenaza para la estabilidad global", sino como "un conflicto regional" entre Rusia y Ucrania. Mientras, algunos mandatarios, como el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, destacan también el papel de la OTAN en la escalada de las tensiones en Europa.
De este modo, pese a las "amenazas no tan sutiles" de Washington, los países que intentan mostrarse neutrales no buscan utilizar la crisis "como una oportunidad de aislar a Rusia ni debilitarla", escriben los autores. En cambio, un mayor aislamiento económico y político de Moscú no ayudará a poner fin a las acciones militares, sino agudizará aún más el conflicto, defienden.
Intereses nacionales
Asimismo, los autores del artículo destacan que los intereses nacionales también juegan un papel importante en las decisiones que toman los Estados neutrales. En particular, Rusia sigue siendo un aliado de importancia estratégica para la India y su mayor suministrador de armas. A su vez, Brasil, que criticó la "aplicación desconsiderada de sanciones" contra Moscú, depende de los fertilizantes rusos, ya que más del 23 % de sus importaciones proviene del país euroasiático.
Al mismo tiempo, los países del Sur global rechazan las exigencias de Washington por el "resentimiento" que sienten hacia el uso de las sanciones que EE.UU. impone con creciente frecuencia, valiéndose de las ventajas de las que goza su divisa nacional.
Exigencias "hipócritas"
Por otra parte, los autores subrayan que los argumentos de Washington parecen "hipócritas" debido al historial de EE.UU., que suele "deshacerse" de sus propios principios "cuando le parece conveniente", poniendo como ejemplo la intervención unilateral de la OTAN en Kosovo, la guerra de Irak y la intervención en Libia.
De acuerdo con DePetris y Menon, EE.UU. no puede esperar que el mundo sacrifique intereses importantes por defender unas normas globales que el propio Washington "deja de lado cuando lo considera oportuno".
"Washington tiene la mala costumbre de suponer que, con una cantidad adecuada de presión o con incentivos, otros Estados eventualmente se pondrán en fila detrás de EE.UU. mientras intenta resolver un problema, manejar una crisis o castigar a un agresor", escriben los autores. "Pero la política internacional es un asunto mucho más complicado", concluyen.