El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, hizo pública este jueves la estrategia oficial de la Casa Blanca en relación con China, que calificó de "reto" principal para el orden mundial.
En su discurso, Blinken precisó que EE.UU. "seguirá centrándose en el reto más serio a largo plazo para el orden mundial", que es —dijo— "la República Popular China". "China es el único país que tiene tanto la intención de cambiar el orden mundial, como el poder económico, diplomático, militar y tecnológico creciente para hacerlo", dijo el secretario de Estado estadounidense.
Al mismo tiempo, destacó que EE.UU. no busca "un conflicto o una Guerra Fría con China". "Al contrario, tenemos la intención de evitar ambas cosas", recalcó Blinken.
Según Blinken, China busca convertirse en "la potencia líder del mundo" y se moderniza rápidamente gracias al "talento, la ingenuidad y el trabajo arduo de la población". "Sin embargo, en vez de utilizar su poder para reforzar y revitalizar las leyes, los acuerdos, los principios, las instituciones que hicieron posible su éxito, […] Pekín los está socavando", expresó.
"Con el presidente [de China], Xi [Jinping], el gobernante Partido Comunista de China se volvió más represivo en casa y más agresivo en el exterior", afirmó el secretario de Estado estadounidense.
"Invertir, alinear, competir"
En este contexto, precisó que EE.UU. no puede "contar con Pekín para cambiar su trayectoria", por lo que ha tomado la decisión de "modificar el entorno estratégico alrededor de Pekín". "Para tener éxito en esta década decisiva, la estrategia de la Administración Biden puede resumirse en tres palabras: invertir, alinear, competir", anunció Blinken.
El alto cargo explicó que el país norteamericano invertirá en las "bases de su fuerza" doméstica, innovaciones y la democracia, alineando sus esfuerzos con sus socios que actuarán con objetivos comunes. "Utilizando estos dos puntos clave, vamos a competir con China para defender nuestros intereses y construir nuestra visión para el mundo", señaló.
De acuerdo con Blinken, EE.UU. "se encuentra bien posicionado para vencer a China en asuntos clave". "No buscamos transformar el sistema político de China: nuestro objetivo es volver a brindar aquella democracia que puede hacer frente a retos urgentes, crear oportunidades, promover la dignidad de los humanos. El futuro pertenece a aquellos que creen en la libertad", afirmó Blinken.
'China House'
Asimismo, anunció la creación de 'China House', una nueva estructura en el marco del Departamento de Estado que permitirá coordinar y desarrollar políticas relacionadas con Pekín.
"Estoy dispuesto a proporcionar a nuestro ministerio y nuestros diplomáticos las herramientas necesarias para resolver esta tarea en el marco de mi programa de modernización", añadió el alto cargo.
Expandir la cooperación
Asimismo, afirmó que Washington apoya la creación de nuevas coaliciones, medida que considera oportuna sobre todo en la región del Indo-Pacífico.
"No esperamos que cada país tenga la misma evaluación de China como la que tenemos nosotros", dijo Blinken. En este sentido, explicó que Washington no quiere "obligar a los países a elegir sino darles opciones".
Vínculos con Taiwán
En particular, reveló también que el país norteamericano continuará expandiendo su cooperación y vínculos económicos con Taiwán, basándose en "intereses y valores comunes".
Según Blinken, EE.UU. sigue comprometido con la política de una sola China. "Si bien nuestra política no ha cambiado, lo que ha cambiado es la coerción creciente de Pekín", expresó el alto cargo que tachó las acciones del gigante asiático de "provocadoras".
- Se trata de la primera vez que la Administración Biden revela una estrategia concreta dedicada en su totalidad a las políticas en torno a China. En febrero, la Administración Biden publicó su estrategia para el Indo-Pacífico enfocada en la contención de China, que —reza el documento— "busca convertirse en la potencia más influyente del mundo".
- En los últimos meses, las tensiones entre Pekín y Washington parecen ir en aumento en vista de un posible cambio de postura del país norteamericano hacia el principio de una sola China. Desde Pekín señalaron que últimamente EE.UU. "ha estado 'mostrando sus músculos' a las puertas de China, reuniendo círculos antichinos e incluso armando un escándalo por la cuestión de Taiwán y poniendo a prueba la línea roja".