"Se sentían muy seguros": RT visita los cuarteles de los nacionalistas en Azovstal y explora las trampas explosivas que dejaron en la planta

En toda la instalación hay docenas de refugios subterráneos que servían como puntos de mando, cuarteles y depósitos de municiones.

El corresponsal de RT Borís Kuznetsov visitó con su equipo la liberada planta siderúrgica Azovstal de Mariúpol, que los militares rusos continúan inspeccionando tras la rendición de los nacionalistas ucranianos. El chequeo completo podría durar varias semanas.

En los túneles subterráneos de la acería se continúan hallando armas quemadas, algunas de fabricación estadounidense, pero los combatientes nacionalistas no lograron destruirlas todas. En varios refugios donde se almacenaba armamento se pueden encontrar grandes cantidades de granadas, municiones y proyectiles antitanque.

Según un militar de la República Popular de Dontesk, en toda la instalación hay docenas de estos refugios, que también servían como puntos de mando o cuarteles.

Allí los nacionalistas "se sentían muy seguros", señala Kuznetzov. "Por encima tenemos cinco plantas, cinco plantas de acero y hormigón, estaban totalmente protegidos contra las bombas y contra los proyectiles", describe el corresponsal, agregando que, "incluso después del incendio, este lugar inspira de cierta forma, y paradójicamente, seguridad".

Antes de abandonar la siderúrgica, los nacionalistas instalaron todo tipo de trampas explosivas a lo largo y ancho de sus instalaciones. Algunas de ellas eran de fabricación casera, hechas de trilita, explosivos plásticos y espoletas de minas antitanque, que colocaban "donde esperaban que pasaran nuestros vehículos", explica el militar.