El inicio de la gran final de la Champions League, en la que este sábado se enfrentan el Liverpool y el Real Madrid, arrancó con 36 minutos de retraso. En un principio, el Real Madrid notificó el retraso de 15 minutos del pitido inicial debido a un "problema de seguridad".
Hinchas de ambos equipos sin entradas trataron de irrumpir en el estadio Stade de France saltando la valla para ver el partido. En medio del caos, la Policía francesa usó gases lacrimógenos para evitar que subieran las barreras y accedieran al recinto. El personal de seguridad forcejeó con hinchas desesperados por presenciar la final, enfrentándolos con garrotes y escudos.
También se registraron problemas con la organización del evento, pues centenares de aficionados del Liverpool tuvieron inconvenientes con el acceso al estadio, lo que provocó enormes aglomeraciones. Además, hubo retrasos de los autobuses de los hinchas que sí tenían boletos.
Enfurecidos por ser retenidos en las filas, seguidores del Liverpool se colgaron de las vallas exigiendo a gritos que les dejaran pasar porque tenían boletos. Frente a las entradas había familias con niños que estaban llorando.