La Policía sueca teme que armas suministradas a Ucrania por sus aliados occidentales puedan acabar recalando en el país escandinavo, engrosando así los arsenales de pandillas una vez termine el conflicto militar en la nación eslava.
En declaraciones a la Radio Sueca, el comisario policial Gunnar Appelgren, advirtió este lunes que "probablemente existe un alto riesgo de que flujos de armas ilegales entren en Suecia" cuando se restablezca la paz en Ucrania.
El funcionario explicó que cuando las hostilidades toquen a su fin, los ucranianos se encontrarán con un exceso de armas, y los grupos criminales podrían intentar aprovechar la situación.
El comisario señaló que la mayoría de las armas que utilizan actualmente las bandas de delincuentes en Suecia proceden de las guerras de los Balcanes de la década de 1990. "Llegaron muchas armas automáticas, como AK-47", asegura Appelgren, que recuerda que hace un par de años llegaron a Suecia granadas de mano por los canales del tráfico de armas.
Suecia, entre otras naciones europeas, así como Estados Unidos, el Reino Unido y Australia, han suministrado armamento y municiones a Ucrania para ayudarle a contrarrestar la operación militar especial que el presidente ruso, Vladímir Putin, lanzó el pasado 24 de febrero.
Ylva Johansson, política sueca que ejerce como Comisaria Europea de Asuntos de Interior, se hizo eco de las preocupaciones de Appelgren a finales de mayo, cuando afirmó, según el periódico Dagens Nyheter, que con el conflicto ucraniano "vemos un riesgo muy alto de que aumente el tráfico criminal de armas".
Durante su visita a la frontera entre Moldavia y Rumanía, Johansson también señaló que "mucho después de la guerra en la antigua Yugoslavia, se observan las consecuencias en Suecia, donde las armas de aquella guerra se están utilizando en tiroteos criminales".
A finales del mes pasado, la jefa de la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial (Europol), Catherine De Bolle, advirtió en una entrevista con el periódico alemán Welt am Sonntag del peligro de que armas suministradas por Occidente a Ucrania puedan caer en las manos equivocadas.
"Queremos evitar que se produzca una situación como la de la guerra de los Balcanes de hace 30 años", dijo la funcionaria.