El aeropuerto de la ciudad ucraniana de Mariúpol se ha convertido en una verdadera casa del horror, donde se encontraba la prisión ilegal conocida como 'la Biblioteca', en la que torturaban tanto a civiles como a militares. En la segunda parte del reportaje sobre lo que ocurría en esas instalaciones, el corresponsal de RT en Español Semión Sénderov recopiló los testimonios de más víctimas.
Al igual que Olga Selétskaya, que protagonizó la primera parte del material, Mijaíl Shubin recuerda bien a dos torturadores que se llamaban entre sí 'el Carnicero' y 'el Doctor'. En su habitación favorita de torturas había una mesa para cortar junto a la pared, donde permanecían colgadas dos barras con ganchos de carne, como para colgar la carne despellejada, contó.
"Tenían un tipo de tortura favorito: tienes una camisa en la cabeza, no ves nada, solo entras y te dan un golpe debajo de la rodilla, te caes, sientes el flujo de agua sobre ti. Te ponían una pinza en la pierna, y el segundo conductor lo ponían en los genitales", recuerda Mijaíl.
Los torturadores tenían una especie de entretenimiento que tal vez les servía para aliviar el estrés o para desquitarse, aprovechándose de las personas que no podían responderles, dijo Mijaíl.
"Todos estaban de mal humor. Sacaban a una persona de la cámara, de la nevera. La traían aquí. Unas 10 personas se ponían en círculo, y comenzaban a jugar al fútbol. Adonde dieran. Te pateaban de izquierda a derecha simplemente como una pelota", reveló.
Refrigerador industrial como celda
Mijaíl también mostró un refrigerador industrial del aeropuerto, que antes de la 'revolución de la dignidad' se utilizaba para almacenar alimentos. "Cuando [el batallón ucraniano] Azov llegó aquí, esta habitación se usó como una cámara para encerrar a personas que no estaban de acuerdo con su régimen", afirmó.
"Mes de agosto, nos vestimos con ropa ligera, la instalación funcionaba. Imagínense, abrazándonos unos a otros para obtener calor de alguna manera", contó recordando los momentos que había pasado en el congelador.
Después del interrogatorio, lo llevaron por la pista de aterrizaje y se cayó en un pozo con unos seis o siete cadáveres, en el que pasó la noche entera. Al día siguiente lo sacaron de ahí, lo pusieron contra una pared y comenzaron a disparar. "Dispararon por encima de la cabeza. Tal vez esto era un entretenimiento, no lo sé. Pero, en general, ya estaba listo para no volver a ver a mi familia ni a mis allegados, no ver a nadie más", confesó.
De los 1.500 prisioneros intercambiados, 500 mencionaron ese lugar
La defensora del pueblo de Donetsk, Daria Morózova, confirmó que en el aeropuerto de Mariúpol se registraron las torturas más graves durante todo el período del conflicto. "Creo que los testigos ya le dijeron lo que estaba sucediendo aquí y, digamos, de los 1.500 prisioneros que intercambié, más de 500 hablaron sobre este lugar, contaban con horror absoluto lo que estaba pasando aquí", comentó.
Lo sorprendente es que en ese lugar se basaron no solo los batallones nacionalistas como Azov y Aidar, sino también el Servicio de Seguridad de Ucrania, "que participó en todas esas torturas" y también es responsable de ello, declaró Morózova.
En un cara a cara con la víctima a quien intentó matar con un cuchillo, el militar de las Fuerzas Armadas de Ucrania apodado Saíd le pidió disculpas "ante Dios". "Cuando ustedes mataban a los chicos, no les pedían disculpas a nuestros chicos", respondió su víctima.