El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, afirmó que su país se siente honrado de estar al frente de la lista de los excluidos de la Cumbre de las Américas, donde este miércoles se llevará a cabo la primera sesión plenaria de líderes.
"Nos honra encabezar esa lista junto a los líderes de Venezuela y Nicaragua", dijo la mañana de este miércoles durante un discurso dirigido a representantes de la sociedad civil de ese país caribeño.
Cuba, Nicaragua y Venezuela no fueron invitados a la novena edición del encuentro regional que comenzó el pasado lunes en la ciudad de Los Ángeles, y cuyo anfitrión es EE.UU., lo que generó una serie de reacciones de rechazo y de boicot entre varios países del hemisferio.
Díaz-Canel recordó que es conocido el "repudio" que ha surgido en la mayoría de los gobiernos de América Latina y del Caribe por "selectividad oportunista" de Washington. Asimismo, manifestó que su país se sentía honrado por la "gallarda solidaridad" expresada por sus pares de México, de Bolivia y de Honduras, además de los líderes caribeños "que han rechazado enfáticamente las exclusiones".
"No podemos dejar de denunciar la farsa de convocar una vez más a los países de la región para un espectáculo de tinte neocolonial", expresó.
Los debates que quedaron en el tintero
El presidente cubano calificó la Cumbre como un "espectáculo publicitario dirigido a la politiquería interna de EE.UU." y aseveró que la Casa Blanca no puede ocultar "la falta de interés real" por los problemas "más graves e inmediatos" de los latinoamericanos, entre los que se encuentra la economía, la desigualdad, el racismo, la discriminación, la judicialización de la política, "el esfuerzo de las grandes transnacionales por corromper a los políticos", entre otros.
Para el mandatario cubano en este encuentro, que se realiza cada tres años, se perderá la oportunidad para que sus homólogos discutan sobre "muchos problemas" que afectan a los países de América. "Pudo haber sido de otra manera", lamentó y agregó que el Gobierno estadounidense, "con su enorme poderío económico y tecnológico" y su "gran influencia", pudo haber hecho un "aporte trascendental" en este debate.
Díaz-Canel, que ya había anunciado a finales de mayo que no iría al encuentro en Los Ángeles, expresó que también faltará abordar temas comunes como las migraciones hacia las economías del norte y su relación con "el modelo global capitalista y el avance del neoliberalismo".
Sobre este aspecto, apuntó que el Gobierno estadounidense "ha aplicado durante cuatro años una política orientada al estímulo de la emigración irregular" de ciudadanos cubanos como parte de su política de "guerra económica" contra ese país. Actualmente, según datos de las autoridades migratorias estadounidenses, el país caribeño ocupa el segundo lugar de migrantes irregulares detenidos que intentaron cruzar la frontera entre México y EE.UU.
La democracia
Díaz-Canel también cuestionó la "autoridad moral" de EE.UU. al referirse a los "estándares de democracia y de derechos humanos" como criterio para sustentar la inclusión y exclusión de los países al encuentro. "El pretexto constituye un insulto a la inteligencia y al sentido común de los demás".
"La promoción de la democracia y los derechos humanos son solo quimeras en un sistema político en el que el interés de los productores y comercializadores de armas de guerra tiene prioridad sobre la vida de los niños, del derecho a la salud y a la educación", dijo.
En su alocución aseveró que "los tiempos han cambiado" y que América Latina y el Caribe no aceptan "la imposición de los intereses del imperialismo" y su esfuerzo "fallido" por "reeditar la Doctrina Monroe".
Finalmente, el presidente cubano recordó que hasta el viernes se llevará a cabo la Cumbre de los Pueblos, también en Los Ángeles, donde según informaciones que ha recibido habrá "un verdadero escenario de debate y confrontación de ideas, con una agenda amplia y apegada a las inquietudes más urgentes del hemisferio en su conjunto".