Las fuerzas rusas superan a las de Ucrania en una proporción de 20 a 1 en artillería y de 40 a 1 en municiones, según las estimaciones de un informe presentado por un equipo de funcionarios de inteligencia de Ucrania y de países occidentales.
Las fuerzas de Kiev enfrentan enormes dificultades para responder a los bombardeos, ya que su artillería está restringida a un rango de alcance de 25 kilómetros, mientras que los sistemas rusos pueden impactar en sus objetivos a distancias 12 veces mayores, según recoge el periódico The Independent.
"No se puede vencer si su bando tiene varias veces menos armas, sus armas alcanzan al enemigo a una menor distancia y cuenta con considerablemente menos municiones que el enemigo", resumió el reportero Kim Sengupta desde Kiev. Según sus datos, las tropas de Ucrania casi agotaron sus depósitos de cohetes para las lanzaderas múltiples Smerch y Uragán, lo que profundiza en la situación de desigualdad en el campo de batalla.
En respuesta a la operación militar lanzada por las Fuerzas Armadas rusas en territorio ucraniano, los países occidentales comenzaron a suministrar a Kiev varias clases de artillería, incluidos obuses y morteros, mientras que EE.UU. prometió entregar lanzacohetes múltiples de largo alcance. La serie de discursos que el presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, pronunció ante los parlamentos de países europeos, Canadá, EE.UU. e Israel entre marzo y mayo se enfocaron en el pedido de armamentos.
Por su parte, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, declaró en una entrevista publicada el 5 de junio que, en caso de suministro de misiles de largo alcance a Ucrania, Moscú sacará "las conclusiones pertinentes" y podría empezar a apuntar a objetivos que no ha atacado hasta el momento. El mandatario hizo hincapié en que el alcance no depende del propio sistema de lanzamiento, sino de los proyectiles que dispara.
Opciones del diálogo
Al tiempo que llegan más armas occidentales a Ucrania, el líder del país rechaza el diálogo que Rusia le propone. Mientras, Moscú no descarta incluso una reunión directa entre los presidentes de ambas naciones, según afirmó el miércoles el canciller ruso Serguéi Lavrov en Ankara, aunque esa hipotética cumbre debería estar precedida por la reanudación del diálogo a nivel de delegaciones.
Zelenski plantea como condición para aceptar un encuentro con Putin que las fuerzas rusas vuelvan a la línea del 24 de febrero, algo que el ministro de Exteriores ruso calificó de "enfoque absolutamente frívolo" que contradice las iniciativas que la delegación ucraniana presentó el 29 de marzo en Estambul. Debido al repetido cambio de planteamientos por parte de Kiev, Moscú exige que "primero es necesario que los equipos negociadores reanuden el trabajo".
Las autoridades rusas reconocen que el proceso de negociación se ha detenido y culpan a la parte ucraniana de ello, mientras que la operación militar en Ucrania "se está desarrollando de acuerdo con el plan y está logrando sus objetivos", según Lavrov.