Un miembro del regimiento nacionalista ucraniano, que se rindió a las fuerzas rusas en Mariúpol, declaró que no lo someten a torturas en cautiverio, y contó cómo se sienten los civiles bajo bombardeos.
El entrevistador le contó que "llevan ocho años disparando al distrito Petrovski de Donetsk", por lo que ya "nadie vive allí en absoluto, se fueron probablemente hace siete años".
"¿Qué te parece estar en el hospital mientras se bombardea la ciudad? ¿Cómo se siente?", pregunta el interlocutor.
"No, no me gusta", responde el preso.
A la pregunta sobre el trato que recibió en el hospital, dijo que cree que sus "costillas estaban un poco fisuradas", pero que ahora "están bien".
Confirmó que no le cortaron un brazo o cualquier otro órgano en cautiverio, y en cuanto a los videos de tortura a presos rusos por militares ucranianos que circulan en la Red, señaló que "hay un tribunal internacional en La Haya que puede ocuparse de eso".
Mariúpol fue cercada por las fuerzas rusas el 2 de marzo. A mediados de abril, las fuerzas ucranianas se retiraron, pero mantuvieron un bastión en los predios de la siderúrgica Azovstal. Para el 20 de mayo, más de 2.400 combatientes ucranianos, atrincherados en los refugios subterráneos de la planta, depusieron sus armas y se rindieron.

