Estados Unidos debe cooperar con Israel y con nueve países árabes en el establecimiento de un sistema integrado de defensa aérea para contrarrestar a Irán, según plantea una iniciativa presentada por una decena de congresistas de ambos partidos estadounidenses que fue hecha pública esta semana.
Bautizado como Ley de Disuasión de las Fuerzas Enemigas y de Habilitación de las Defensas Nacionales (DEFEND, por sus siglas en inglés), el proyecto de ley autorizaría al Pentágono a trabajar con Israel, Baréin, Egipto, Irak, Kuwait, Jordania, Catar, Omán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos para desarrollar y desplegar defensas aéreas integradas contra una supuesta amenaza procedente de Irán.
El borrador, que cuenta con el apoyo de diez legisladores republicanos y demócratas, ha sido introducido en la Cámara de Representantes y en el Senado.
"El liderazgo de EE.UU., desarrollando una defensa aérea y antimisiles integrada, proporcionaría seguridad esencial, estabilidad y una defensa unificada a la región", comentó el representante demócrata Brad Schneider. En este sentido, defendió la Ley DEFEND como "un excelente ejemplo del importante trabajo bipartidista y bicameral que el Congreso debe priorizar en nuestra búsqueda de la paz y la estabilidad regional".
Una de las posibles trabas del plan radica en el hecho de que Israel solo mantiene lazos formales con la mitad de los países que participarían. Tampoco está claro si alguno de los países que figuran en la lista está de acuerdo con el proyecto o si los legisladores estadounidenses les han consultado, señala The Times of Israel.
La idea de un sistema conjunto de defensa aérea se habría planteado el pasado mes de marzo en la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de Israel, Baréin, Egipto, Marruecos y EAU con el secretario de Estado estadounidense.
También se habría puesto sobre la mesa en conversaciones entre EE.UU. y Arabia Saudita, que podrían conducir a que Riad también se adhiera a los Acuerdos de Abraham —entre Israel, EAU, Baréin, Sudán y Marruecos— para normalizar relaciones, firmados en 2020, durante el mandato del presidente estadounidense Donald Trump.