El futbolista uruguayo Walter Gargano (37) y su colega argentino Lucas Viatri (35), que forman parte del Club Atlético Peñarol de Uruguay, fueron denunciados por dos mujeres que les acusan de delitos sexuales y amenazas.
Las querellantes, que tienen entre 30 y 35 años, afirman que las agresiones se habrían producido en marzo pasado, cuando ellas trabajaban como mozas de salón en una fiesta celebrada en la exclusiva zona de Carrasco, en Montevideo.
La abogada de las denunciantes, Valentina Díaz, precisó que la denuncia es por un hecho que tiene "carácter de abuso sexual" y que no se interpuso en el mes de marzo "por temas de agenda de la Fiscalía".
"Fue muy difícil hacerla en ese momento, obtuvimos agenda para este mes y radicamos la denuncia apenas tuvimos la oportunidad, que fue ayer", explicó la letrada, quien negó que hasta ahora se hubiese producido un acercamiento con los presuntos agresores para llegar a un acuerdo extrajudicial.
Tras interponer el recurso, la togada indicó que las dos mujeres están bajo tratamiento psicológico a la espera de que las autoridades recauden las pruebas y continúen con el proceso judicial. En esa línea, Díaz apuntó que el salón de fiestas donde supuestamente ocurrieron los hechos cuenta con cámaras de seguridad.
El fiscal del caso, Maximiliano Sosa, confirmó a El Observador que la denuncia fue presentada ante la Fiscalía de Delitos Sexuales, mientras que fuentes cercanas al caso informaron a ese mismo medio que ya han sido solicitadas las pericias a todas las cámaras de videovigilacia de la zona.
El club se desmarca
Según las versiones que circulan en la prensa local, el evento en el que las mujeres fueron atacadas habría sido organizado por el club Peñarol para darle la bienvenida a los nuevos futbolistas del plantel. El festejo se llevó a cabo en un salón de fiestas infantiles, donde también se reportaron destrozos de mobiliario.
De hecho, Gargano tuvo que acudir al día siguiente a resarcir los daños ocasionados por los asistentes ante los dueños del local, reporta La Nación. Sin embargo, tras conocerse la acusación, desde el Club Atlético Peñarol han tratado de deslindarse de lo acontecido.
En declaraciones a El País de Uruguay, el presidente del plantel, Ignacio Ruglio, sostuvo que lo acontecido "no tuvo nada que ver con el club" y que se trataba de "una cosa de la vida privada de los jugadores".
"Lo que sí puedo decir es que el hecho no tiene relación con un ambiente laboral del club, ni con la concentración del plantel ni con un evento organizado por nosotros. Es algo privado de ellos y por eso el club no interviene. No estaban en ningún lugar ni horario que tenga que ver con Peñarol", remarcó Ruglio.
Entretanto, el consejero del Peñarol Jorge Nirenberg dijo a medios locales que el club solo podría tomar acciones contra los futbolistas "cuando la Justicia determine lo que pasó".