Médicos de un hospital privado de Baja California Sur (México) practicaron una cesárea iluminados únicamente con la luz de las linternas de celulares, cercenando en el proceso la oreja izquierda del neonato y parte de un tumor benigno, recogen medios locales.
Según ha trascendido, el pasado 6 de junio, momentos antes de la intervención para practicar la cesárea, hubo un corte de energía en algunas zonas de la ciudad de Mexicali. Sin embargo, puesto que la madre, Karla Araceli Urizandi Martínez, ya se encontraba anestesiada, los médicos decidieron continuar con la cirugía, a pesar de que la mujer pidió que no se le realizara.
"No me quiero operar así, sin luz. Tengo mucho miedo. No me quiero morir", dijo Urizandi al médico David Santoyo, quien aseguró al padre, que no dejaron presenciar el parto, que el quirófano contaba con una subestación de emergencia, por lo que estaría iluminado.
De acuerdo a los reportes aportados por la abuela del bebé, Sonia Martínez, Santoyo abandonó la sala de operaciones antes de que su hija, de 19 años, fuera suturada. Además, asegura, el galeno intentó deslindarse de cualquier responsabilidad al advertir al padre: "Le cortaron la oreja, yo no fui".
Del mismo modo, tras ofrecer varias versiones de lo ocurrido, uno de los médicos aseguró a los padres que su hijo había nacido con un tumor no canceroso en la oreja, por lo que fue necesario cortarla y después reconstruirla, ahorrándoles cerca de 1.500 dólares, que hubieran gastado en una cirugía para extirparlo.
El estado de salud del bebé podría verse comprometido por la hinchazón que aún permanece y, apuntó la abuela, podría perder la audición del oído izquierdo.
Ante lo ocurrido, la familia afectada levantó una denuncia ante la Fiscalía General del Estado, acusando a los facultativos de los delitos de negligencia médica. Hasta el momento, las autoridades no se han pronunciado al respecto.