Este domingo, Argelia dio instrucciones a sus agencias de viajes para que cortasen sus relaciones con España. Esta decisión llega en plena crisis diplomática entre Argel y Madrid motivada por el cambio de postura del Gobierno de España en relación al Sáhara Occidental.
El Ministerio de Turismo argelino envió una circular, de apenas tres líneas, que vincula la decisión a la suspensión del Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación suscrito en 2002 por ambos países y roto unilateralmente por Argelia hace apenas 10 días, justo después de que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ratificara su nueva posición con respecto a la excolonia española en el Congreso de los Diputados.
La misiva señala que "en el marco de la aplicación de la decisión de las altas autoridades del país de suspender el tratado de amistad firmado el 8 de octubre de 2002, se le pide que suspendan inmediatamente todas las relaciones de trabajo con este país", en referencia a España, según recoge el medio argelino Observalgerie.
La orden afecta a las reservas hoteleras y a los billetes de avión para los vuelos entre ambos países. Además, esta medida se suma a la congelación de las transacciones comerciales que Argel ya decretó hace semana y media, precepto que sigue en vigor a pesar de la advertencia de la Unión Europea (UE) sobre que podría violar el acuerdo de asociación con el bloque comunitario.
La suspensión de las relaciones entre las agencias de viaje con España estaría motivada por la celebración en Dakhla, en el Sáhara Occidental, de un foro de inversiones Marruecos-España, destinado a promover la inversión en esta región. La elección de este lugar es vista por Argelia como una nueva provocación marroquí.
Además, la nueva represalia argelina coincide con el anuncio realizado este lunes por el Círculo de Comercio e Industria Argelino-Español (CCIAE). En este sentido, se va a establecer una unidad de seguimiento para atender a las empresas hispano-argelinas que quieran presentar solicitudes de excepción a la congelación de las operaciones comerciales decretadas por la Asociación de Bancos y Entidades Financieras de Argelia (Abef).
Un conflicto enquistado durante medio siglo y un cambio de postura histórico
Detrás de la crisis en las relaciones entre Argel y Madrid se encuentra el conflicto del Sáhara Occidental. Se trata de una antigua colonia de España, que, según la ONU, se encuentra pendiente de descolonizar desde 1975, pero que está ocupada por Marruecos.
En la región confluyen varios actores. Por un lado, Marruecos, que reclama su soberanía sobre este territorio, y el Frente Polisario, representante del pueblo saharaui, que pide su independencia. Por otro, Argelia, que es el máximo valedor del Frente Polisario a nivel regional. Y por último, España, que hasta hace unos meses se encontraba alineada con el mandato de la ONU, reclamando un referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui para concluir la descolonización.
En este complicado escenario, Pedro Sánchez sorprendió recientemente al anunciar que el Gobierno de España consideraba la propuesta de Marruecos, de convertir al Sáhara en una autonomía bajo la soberanía de Rabat, como "la base más seria, realista y creíble" para la resolución del conflicto.
Argelia ha calificado como "injustificable" este cambio de posición y ya ha tomado varias represalias. A la congelación de la actividad comercial bancaria, la rotura del tratado de amistad y, ahora, la orden dada a las agencias de viaje, se une la posibilidad de fijar un precio del gas argelino más caro para España que para el resto de países de la UE.