La victoria de los 'olvidados': cómo leer a la Colombia de la periferia que llevó al poder a Petro
El triunfo de Gustavo Petro en la presidencia de Colombia podría haberse comenzado a gestar durante el plebiscito sobre el acuerdo de paz, hace casi seis años. Aunado a esto, el reciente repunte de la violencia y el abandono estatal en las zonas más alejadas donde operan los grupos armados han sido parte del sustrato que abonó su victoria.
La variación es mínima al comparar los departamentos en los que el líder del Pacto Histórico ganó este domingo con los que votaron que sí apoyaban el acuerdo de paz entre el Gobierno y las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el plebiscito de octubre de 2016, a pesar de que se impuso la opción del 'no'.
Colombia, dos países: A la izquierda los resultados del Plebiscito por la Paz (los que votaron "Si" en Verde, y los "No" en Rojo). A la derecha los resultados electorales de primera vuelta 2022 (en rojo quienes votaron por Petro, en amarillo por Rodolfo, y azul Federico). pic.twitter.com/4Jnz7CekRd
— Édisson Baquero (@Veoloquecreo) June 17, 2022
El economista de 62 años y su compañera de fórmula a la vicepresidencia, la líder ambientalista Francia Márquez, de 41 años, alcanzaron la victoria en Bogotá y en Amazonas, Atlántico, Bolívar, Cauca, Cesar, Chocó, Córdoba, Guainía, La Guajira, Magdalena, Nariño, Putumayo, San Andrés, Sucre, Valle del Cauca y Vaupés. En estas entidades el 'sí' también fue la opción más votada en 2016, además del Guaviare, Vichada, Boyacá, que en esta oportunidad se inclinaron por el candidato Rodolfo Hernández.
Los departamentos donde el Pacto Histórico se impuso componen en su mayoría las regiones Caribe, Pacífica y Amazónica, que bordean parte del mapa de Colombia, y que están conformadas por poblaciones afrodescendientes e indígenas, las más golpeadas por la violencia, la pobreza, la exclusión, el desplazamiento forzado y la discriminación.
En las redes circularon imágenes que mostraban las interminables filas en los territorios indígenas y la celebración entre las poblaciones afro tras conocer los resultados.
Uno ver a las comunidades indígenas y campesinas haciendo cola para participar en las elecciones de un estado que no ha tenido sino violencia para ellas muestra hasta que punto Petro-Márquez despiertan en muchos de nosotros esperanza de #CambioPorLaVida. https://t.co/UPTODSqgaV
— Isis Giraldo (@laladyoracle) June 19, 2022
¿Por qué votaron por Petro y Márquez?
Más allá del preconteo de la Registraduría Nacional, que con el 100 % de las mesas de votación computadas arrojó los porcentajes de sufragio que obtuvo Petro en esos departamentos, la respuesta debe buscarse en otras variables históricas, económicas y sociales.
Aunque pareciera que el triunfo podría advertirse si se analizaban las votaciones a favor de la paz en el plebiscito, la razón no solo es esa. Por décadas los colombianos, y especialmente las poblaciones más vulnerables como las afrocolombianas y las indígenas, han sufrido el impacto del conflicto armado y el narcotráfico.
Los votos de estos sectores podrían haber sido la apuesta por un candidato que representara un cambio en el abordaje de sus problemas y que no procediera de las filas de los partidos tradicionales que han gobernado el país ni del uribismo, que se despide de la presidencia con Iván Duque.
En los últimos años, la violencia se ha recrudecido luego de que los miembros de las FARC abandonaran territorios que se repartieron entre enfrentamientos los grupos armados, paramilitares y narcotraficantes, causando la muerte de líderes sociales y exguerrilleros, masacres y desplazamientos. Esta situación se agravó durante la Administración Duque, que no supo darle una respuesta adecuada y que siempre apostó a la militarización sin atender de fondo las deudas sociales.
El reclamo constante en estas zonas ha sido la presencia integral del Estado y el cumplimiento del Acuerdo de paz. Por esto, la promesa de Petro de fomentar el diálogo, de cumplir con lo firmado en 2016 y de poner énfasis en la salud, el empleo, la educación de los sectores más vulnerables, pudiera haber sido una motivación de peso para los electores.
Otra variable que ha sido considerada por los analistas es Márquez, una mujer afrodescendiente que no proviene de una familia acomodada, como la mayoría de los que han ocupado cargos de alto nivel. La abogada, como tantas colombianas, vivió la pobreza, la violencia, el desplazamiento y un embarazo adolescente. Además, trabajó en una mina y fue empleada doméstica.
La nueva vicepresidenta, que participó activamente en el estallido social de 2021, apunta a "una Colombia antirracista, antipatriarcal, anticlasista, capaz de cuidar su casa, el territorio", una propuesta inédita hecha por un miembro del Ejecutivo del país suramericano que representa a "los nadies", como dijo en una oportunidad.
Estos comicios contaron con una participación récord del 58,09 %, la más alta de siglo XXI, en un país caracterizado por altos índices de abstención. En esta segunda vuelta, además, hubo un aumento de 2,7 millones de votos en los departamentos que conforman las regiones Pacífica, Atlántico y Amazónica, donde Petro ya había ganado el 29 de mayo.
La región Pacífica
Esta región está compuesta por los departamentos del Chocó y las zonas costeras del Valle del Cauca, Cauca y Nariño. En esta zona se condensan las principales problemáticas del país: violencia, pobreza, desplazamiento, narcotráfico, cultivos ilícitos y acciones de grupos armados.
- Chocó
Esta entidad, junto a La Guajira, donde también ganó Petro, es la segunda con mayor pobreza monetaria en Colombia (63,4 %).
En este departamento del noroeste del país, compuesto por una mayoría afrodescendiente e indígena, los niveles de violencia se incrementaron en los primeros meses de 2022, según un informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU), como consecuencia de la disputa por el control territorial de los grupos armados ilegales.
- Cali
La capital del Valle del Cauca, donde Petro también resultó triunfador, es considerada como "la ciudad de los desplazados", puesto que allí llegan personas que han sido obligadas a huir de sus comunidades por los actores del conflicto.
La Defensoría del Pueblo afirma que en Cali históricamente ha existido "desigualdad, segregación y desprotección social", lo que fue el telón de fondo para que en 2021 fuera el epicentro de las manifestaciones antigubernamentales que dejaron 80 fallecidos en todo el país, según el conteo de las ONG.
Cali es la tercera ciudad colombiana más poblada y es el centro económico y político administrativo del suroccidente. Por su posición geográfica es atractiva para las redes de narcotráfico.
- Cauca
Esta entidad, de donde es originaria Márquez, exhibe la lamentable estadística de tener el mayor número de líderes sociales asesinados y de masacres. Además, es la quinta con más índice de pobreza en el país suramericano.
En este departamento el Pacto Histórico arrasó. Las cifras más bajas de votación son por encima del 60 % y la más alta corresponde a Jambaló, municipio y resguardo indígena, donde obtuvo 96,7 %.
Del total de los 89 homicidios de defensores de los derechos humanos en lo que va de año, 15 ocurrieron allí. Asimismo, de las 47 masacres, cinco se perpetraron en ese departamento.
El Cauca también acumula desplazamientos masivos, disputas entre grupos armados, organizaciones criminales y narcotraficantes, con una escasa presencia del Estado, según un informe hecho por Indepaz en 2021.
- Nariño
Este territorio ubicado en el extremo suroeste del país, fronterizo con Ecuador, es el segundo con mayor extensión de cultivos de coca. Allí, donde también operan distintos grupos armados y organizaciones criminales, seis líderes sociales han sido asesinados en 2022, lo que ubica al departamento en el cuarto lugar con más homicidios de este tipo.
Región Atlántico
Compuesta por los departamentos Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena y Sucre. En esta área los principales problemas son el desempleo, la pobreza y el desplazamiento.
En esta región están los departamentos con mayor pobreza de Colombia, donde más de la mitad de la población vive en esa condición. En 2021 La Guajira encabezó el índice de pobreza del país con un 67,4 %; le siguen Magdalena (61,1 %); Córdoba (58,6 %); Cesar (56 %); Sucre (54,6 %); Bolívar (48,5 %), según el Departamento de Administración Nacional de Estadística (DANE).
En cuanto a la tasa de ocupación por capitales, Valledupar, (Cesar) es la segunda con mayor desempleo del país, con 16,1 %. Entre las primeras diez ciudades colombianas con esa problemática están Montería (Córdoba), en el quinto lugar, con 14, 5 %; Riohacha, en el sexto, con 14,4 %; Popayán, en el octavo, con 14,1 % y Santa Marta (Magdalena), con 13,4 % en el décimo, según el DANE.
Región Amazónica
El Pacto Histórico se alzó como ganador en Amazonas, Guainía, Putumayo y Vaupés, casi la mitad de los departamentos que integran esta región en el sur del país.
Esta zona es una de las más afectadas por la deforestación, la minería ilegal, el monopolio de tierras y los monocultivos. Allí los líderes ambientales se encuentran bajo amenaza debido a que Colombia lidera la lista de países más peligrosos para los defensores del medio ambiente.
De las 227 víctimas mortales registradas en el 2020, 65 pertenecen a este país, según datos de la organización Global Witness.
Por otro lado, según el informe 'Un clima peligroso', realizado por Fundación Ideas para la Paz (FIP) y Adelphi, con el auspicio de ONG internacionales, el aumento de cultivos ilícitos y el narcotráfico, la minería, la ganadería y la agricultura, no solo causaron "degradación ambiental y la deforestación" sino que incrementaron la violencia.
El Putumayo es el tercer departamento con mayores hectáreas de cultivos de coca en el país.
En medio de la disputa de grupos armados ilegales, paramilitares y narcotraficantes por el control territorial y de los recursos naturales, han sido asesinados líderes ambientales e indígenas. Del mismo modo, las poblaciones originarias que habitan en resguardos y que trabajan la tierra han sido obligadas a abandonar sus caseríos.
En esta área, como en el resto de zonas rurales y apartadas de Colombia, la presencia del Estado es casi inexistente, por lo que la vulnerabilidad es mucho mayor.
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