"Un primer paso": La NASA elige tres propuestas de diseño para instalar un futuro reactor nuclear en la Luna
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) ha anunciado este martes las tres propuestas ganadoras de un concepto de diseño para instalar un futuro reactor nuclear en la Luna.
Los premios se otorgaron a tres empresas estadounidenses: Lockheed Martin, que se asociará con BWXT y Creare; Westinghouse, que trabajará con Aerojet Rocketdyne; y IX, compañía formada por Machines y X-Energy, que se unirá con Maxar y Boeing.
El comunicado al respecto indica que el Laboratorio Nacional de Idaho (INL), matriz del Departamento de Energía de EE.UU. (USDOE), otorgará un contrato de 12 meses por alrededor de cinco millones de dólares a cada ganador para financiar el desarrollo de conceptos de diseño preliminares de un sistema de energía de fisión de clase de 40 kilovatios, previsto para durar al menos 10 años en el entorno lunar.
Desde la NASA señalan que ese tipo sistema es relativamente pequeño, ligero y fiable, y podría permitir una energía continua independientemente de donde se halle, la luz solar y otras condiciones ambientales naturales.
"Impulsa nuestra exploración"
"La nueva tecnología impulsa nuestra exploración de la Luna, Marte y más allá", explicó Jim Reuter, administrador asociado de la Dirección de Misiones de Tecnología Espacial de la NASA. "El desarrollo de estos primeros diseños nos ayudará a sentar las bases para potenciar nuestra presencia humana a largo plazo en otros mundos", añadió.
Por su parte, John Wagner, director del INL, afirmó que el proyecto Fission Surface Power es "un primer paso muy factible" para que el país norteamericano establezca energía nuclear en nuestro satélite natural. "Espero ver lo que logrará cada uno de estos equipos", comentó.
Los premios de la fase 1 proporcionarán a la NASA información crucial de la industria que puede conducir al desarrollo conjunto de un sistema de energía de fisión certificado para un vuelo completo. Esto también ayudará a la agencia espacial estadounidense a madurar los sistemas de propulsión nuclear que dependen de los reactores para generar energía, lo que, a su vez, podría usarse en misiones de exploración del espacio profundo.
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