En reiteradas ocasiones, el presidente de EE.UU., Joe Biden, ha responsabilizado a su homólogo ruso Vladímir Putin del aumento de los precios de la gasolina en el país. En sus más recientes declaraciones, el mandatario acusó a la "guerra de agresión de Vladímir Putin" y al "esfuerzo global por contrarrestarla" de haber "interrumpido el suministro mundial de petróleo" y de "subir" su precio a nivel internacional.
No obstante, los estadounidenses no están completamente de acuerdo con su presidente. Al contrario, responsabilizan al mismo Biden del incremento de los costos de la gasolina.
Así, una nueva encuesta de opinión, publicada este martes por la compañía Rasmussen Reports, reveló que el 52 % de los estadounidenses culpa al presidente de su país por los altos precios de combustible. En contraste, solo el 11 % de los encuestados responsabilizan al mandatario ruso.
Entre otros responsables del aumento de los precios de gasolina, según Biden, figuran las empresas petroleras, a las cuales acusó la semana pasada de no hacer lo suficiente para compensar esa subida, mientras sus márgenes de ganancias se encuentran históricamente altos.
"En tiempos de guerra, los márgenes de ganancias muy por encima de lo normal de las refinerías, que se transfieren directamente a las familias estadounidenses, no son aceptables", indicó el presidente.
Al respecto, el 29 % de los estadounidenses coinciden con Biden, señalando a las empresas petroleras como responsables del aumento de los precios de combustible, según el mismo sondeo, que fue realizado el 16 y 19 de junio entre 1.000 posibles votantes.
El aumento de los precios de gasolina, gasóleo de calefacción y otros productos petrolíferos es considerado como un problema "grave" por el 92 % de los estadounidenses, mientras el 68 % lo califica de "muy grave".
De cara a las elecciones legislativas a mitad del mandato, solo el 27 % de los posibles votantes califican como "excelente" o "bueno" el manejo de la economía por parte de Biden, mientras que el 57 % considera su gestión de la economía como "pobre". Además, casi tres cuartas partes (74 %) de los estadounidenses creen que la economía ha empeorado en el último año, y solo el 11 % opina que ha mejorado.