Arqueólogos han desenterrado los restos de una tortuga con sus huevos en Pompeya, un vasto sitio arqueológico ubicado en la región de Campania, en el sur de Italia. Antiguamente, fue una ciudad romana desarrollada, que quedó sepultada bajo metros de cenizas y roca volcánica después de una desastrosa erupción del monte Vesubio en el año 79 d. C., informan medios locales.
El cadáver del animal, de unos 14 centímetros de longitud y con su caparazón, la cabeza, la cola y una de las patas casi intactos, fue hallado bajo el suelo de arcilla de un almacén. Los expertos creen que probablemente murió antes de la famosa catástrofe natural que acabó con la urbe.
"Excavó una madriguera en la que podía poner sus huevos, pero no lo hizo, lo que puede haber causado su muerte", explicó Valeria Amoretti, una de las especialistas que trabaja en el sitio.
El insólito hallazgo, increíblemente conservado, salió a la luz durante las excavaciones de una zona que fue azotada por un violento terremoto en el año 62 d. C. Originalmente, el lugar era una lujosa vivienda con mosaicos y pinturas murales, que se remontaban al siglo I a. C., señalaron los arqueólogos.
"Tanto la presencia de la tortuga en la ciudad como el abandono de la suntuosa casa ilustran el alcance de las transformaciones tras el terremoto del año 62 d. C.", agregó Gabriel Zuchtriegel, director general de Pompeya, citado por Reuters. "Evidentemente, no se reconstruyeron todas las casas; y las zonas, incluso las centrales, de la ciudad apenas fueron frecuentadas hasta el punto de convertirse en el hábitat de animales salvajes", agregó.
El científico explicó que se trata de un importante hallazgo "que abre una ventana a los últimos años de la vida de la ciudad", los posteriores al terremoto, "en los que toda Pompeya se convirtió en una gran obra de construcción palpitante", recoge sus palabras la agencia italiana ANSA.