Sentencian a 30 años de prisión a un sacerdote católico en Malaui por el asesinato de un hombre albino para traficar con partes de su cuerpo

La jueza del caso dictó cadena perpetua con trabajos forzados para 5 de los 12 involucrados, entre ellos el hermano de la víctima.

El Tribunal Superior de Blantire, en Malaui, sentenció a un sacerdote católico por el homicidio a sangre fría en el 2018 de un joven albino de 22 años. El religioso y 11 personas más conspiraron para matar a MacDonald Masambuka con el fin de extraer varias partes de su cuerpo y comerciar con ellas, reza el fallo judicial emitido este lunes, citado por medios locales.

Thomas Muhosha, quien dirigía una parroquia en la ciudad de Machinga, fue condenado a 30 años de cárcel —junto a un oficial de policía y dos personas más— por realizar negocios con tejido humano extraído de un cadáver. Un empleado de un hospital y dos acusados más recibieron una pena de 60 años por delitos relacionados con la extracción de tejido humano. Muhosha confesó su participación en el crimen y apeló a la clemencia de la corte, argumentando que había cambiado.

La jueza del caso, Dorothy Nyakaunda, no respondió a los ruegos del sacerdote y de los otros involucrados, quienes abogaron compasión por ser su primer delito, y dictó cadena perpetua con trabajos forzados a cinco de ellos, incluido el hermano de la víctima. Algunos de los 12 sentenciados fueron condenados por múltiples cargos y recibieron penas adicionales que deberán ejecutarse simultáneamente, aclaró la jueza.

El crimen

Masambuka desapareció de su aldea el 9 de marzo de 2018 y poco menos de un mes después, su cuerpo sin extremidades fue encontrado enterrado en el jardín de la vivienda de uno de sus asesinos, en el distrito de Machinga, al sur del país. Documentos judiciales señalan que el hermano de la víctima lo engañó, haciéndole creer que había encontrado una mujer con la que podía casarse y lo incitó a reunirse con ella. El sitio del supuesto encuentro resultó ser una trampa de los delincuentes, quienes luego de cortarle las extremidades, quemaron su cuerpo con gasolina.

"Como persona con albinismo, era vulnerable y fue asesinado brutal y despiadadamente por sus partes [del cuerpo]. Los convictos se reunieron varias veces y planearon matarlo", dijo la jueza.

Desde el 2014, Malaui afronta una ola de agresiones contra albinos, cuyas partes se utilizan en rituales de brujería que giran en torno a la creencia de que traen riqueza y suerte. El portal local The Maravi Post cuantifica en decenas los delitos denunciados contra estas personas, incluidos más de 40 asesinatos.