La vida en la Tierra fue devastada hace unos 250 millones de años, durante la extinción masiva del Pérmico-Triásico, que eliminó más del 90 % de las especies terrestres y marinas. En consecuencia, la vida en nuestro planeta tardó millones de años en recuperarse para que la biodiversidad volviera a los niveles previos a la extinción.
Al estudiar los senderos y madrigueras en el fondo del mar de la China Meridional, un equipo internacional de expertos de China, EE.UU. y el Reino Unido reveló cómo la vida en el mar se recuperó del evento catastrófico, a través de las observaciones de capas significativas de fósiles de los restos de la actividad vital de los organismos primitivos.
El estudio, publicado en la revista Science Advances, descubrió que los gusanos y camarones, organismos que se alimentan de la materia orgánica del fondo marino, fueron los primeros en recuperarse en términos de población y biodiversidad.
"Pudimos observar rastros de fósiles de 26 secciones, a lo largo de toda la serie de eventos, lo que representa 7 millones de años cruciales", explicó el paleontólogo Michael Benton, de la Universidad de Bristol (Reino Unido).
Dado que los animales de cuerpo blando no tienen esqueletos que puedan fosilizarse, los restos de rastros de su actividad vital son de gran importancia para los científicos. Los expertos lograron recolectar la cantidad requerida de restos fosilizados de animales para investigar la historia de su recuperación después de que las cadenas alimentarias en el océano volvieran a la normalidad.
Al examinar la historia de la recuperación animal, los científicos observaron cuatro indicadores diferentes: diversidad (diferentes tipos de animales), disparidad (cuán diferentes eran estos diferentes tipos), cómo se usó el espacio (uso del ecoespacio) y cómo los animales cambiaron los hábitats (ecosistema).
A partir de ello, los investigadores llegaron a la conclusión de que, inicialmente, la vida comenzó a recuperarse en las grandes profundidades del océano. Una vez que las criaturas en estas áreas volvieron a la normalidad, creando los nutrientes orgánicos del fondo, llegó el turno de la restauración de los braquiópodos, briozoos y moluscos bivalvos que se alimentan de productos de su actividad vital.
Un tiempo después, los corales comenzaron a recuperarse. En general, los habitantes del fondo marino tardaron unos 3 millones de años en volver al nivel que tenían antes de la extinción.
Los científicos señalan que el estudio de estos datos, dado que los causantes de la extinción fueron el calentamiento global y la acidificación de los océanos, ayudará en el futuro a comprender si las criaturas primitivas oceánicas pueden sobrevivir a un calentamiento global.