Victoria Atkins, ministra del Estado que depende del ministerio de Justicia del Reino Unido, y John Glen, secretario económico del Tesoro, han anunciado que abandonan sus puestos en el Gobierno ante una serie de escándalos que rodean al primer ministro Boris Johnson.
En particular, Glen destacó que tiene "falta absoluta de confianza" en su jefe, mientras que Atkins enfatizó que tales ideales como "la integridad, la decencia, el respeto y el profesionalismo se han fracturado" bajo el liderazgo de Johnson.
Con estas dimisiones, un total de seis ministros han renunciado a sus cargos. La jornada anterior, el secretario de Salud, Sajid Javid y el canciller de Hacienda, Rishi Sunak, notificaron su salida. Mientras, este miércoles los respectivos anuncios fueron publicados por el ministro de Infancia y Familia, Will Quince, y el titular de Escuelas, Robin Walker.
La crisis en el Ejecutivo británico surge a raíz de las publicaciones mediáticas que revelaron que el miembro del Partido Conservador en la Cámara de los Comunes Chris Pincher acosó a dos hombres en un lugar público mientras estaba en estado de embriaguez. Como resultado, Pincher fue suspendido del partido y tuvo que renunciar a su último puesto dentro del grupo parlamentario conservador, donde era el segundo a cargo de la disciplina de la formación.
Mientras, se reveló que Johnson estaba al tanto de otras situaciones de comportamiento sexual inapropiado de Pincher en el pasado, pero, a pesar de ello, lo nombraba para altos cargos en el Gobierno y en el partido. Este martes, el primer ministro pidió disculpas por estas decisiones.
- La salida de los ministros y otros cargos importantes dentro del Partido Conservador llega un mes después de que los 'tories' sometieran a Johnson a un voto de confianza. Aunque el primer ministro contó con 211 votos de respaldo, 148 parlamentarios conservadores expresaron su desconfianza, lo que representa más del 40 %.
- La moción de censura tuvo lugar tras la publicación de un informe en el que se investigaron los pormenores del escándalo llamado 'Partygate', relacionado con la celebración de varias fiestas en la sede del jefe del Ejecutivo en Downing Street 10 en medio del primer y segundo confinamiento nacional por la pandemia del covid-19. Los eventos se celebraron en un momento cuando las normas sanitarias prohibían las reuniones sociales en el país.