Cuatro de cada 10 latinoamericanos enfrentaron inseguridad alimentaria en 2021, lo que representó un aumento de más de un punto porcentual en comparación con 2020, según un reciente informe publicado por cinco agencias de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
En 2021, el hambre aumentó a nivel global hasta alcanzar a entre 702 y 828 millones de personas en el mundo. En América Latina y el Caribe, 56,5 millones de habitantes se encontraban en situación de hambruna, lo que representó el 8,6 % de la población regional.
A nivel regional, la inseguridad alimentaria moderada registró una muy ligera reducción en términos poblacionales, al pasar de 26,7 % a 26,4 %. No obstante, la inseguridad alimentaria grave creció en Latinoamérica de 12,8 % a 14,2 % entre 2020 y 2021.
El reporte, titulado "El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo", fue elaborado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la agencia de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo para la Infancia (Unicef), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Factores potenciadores
En el reporte se advierte que la pandemia del covid-19 tuvo efectos económicos que se reflejaron en la inflación de los precios de los alimentos. Además, sostienen las agencias de la ONU, el conflicto en Ucrania ha perturbado las cadenas de suministro y afectado en mayor medida los precios de los cereales, los fertilizantes y la energía.
Por otra parte, el informe también alerta sobre los "fenómenos climáticos extremos más frecuentes y graves", que terminan por perturbar las cadenas de suministro.
Con miras al 2030
Las agencias de Naciones Unidas concluyen que el mundo está "retrocediendo en sus esfuerzos por acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas". Ello evidencia un fracaso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre cuyos 17 puntos se encontraba el poner fin a la inseguridad alimentaria para 2030.
Al tiempo que reconoce el contexto adverso a nivel global, el informe hace un llamado a los Gobiernos para hacer más eficientes los presupuestos públicos a fin de "reducir el costo de los alimentos nutritivos e incrementar la disponibilidad y la asequibilidad de las dietas saludables".