Los titulares de Asuntos Exteriores de los países miembros del Grupo de los 20 no lograron encontrar este viernes una postura común sobre el conflicto en Ucrania y sus efectos adversos durante la reunión celebrada en Bali (Indonesia), informa AP.
El medio señala que tras el fin de la agenda no hubo una foto grupal y tampoco se emitió un comunicado conjunto final, como ha ocurrido en años anteriores.
La canciller de Indonesia, Retno Marsudi, admitió que no se puede negar que ahora es más complicado "sentarse juntos" para los países. Sin embargo, instó a superar las diferencias por el bien de todos. "El mundo nos está mirando, no podemos fallar", afirmó.
En este sentido, enfatizó que las naciones todavía no se han recuperado de la pandemia del coronavirus, pero ya se enfrentan "a otra crisis", refiriéndose así al conflicto en Ucrania que protagonizó la agenda de casi todos los encuentros bilaterales en el marco de la cumbre.
"El efecto dominó se deja sentir en todo el mundo: en los alimentos, la energía y el espacio físico", recalcó, al agregar que los países pobres y en desarrollo son los que atraviesan las consecuencias negativas del conflicto, por lo que los miembros del G20 tienen la responsabilidad de involucrarse en la resolución de la situación para asegurar la continuidad del orden mundial actual basado en reglas.
Pese a estas declaraciones, Marsudi no pudo señalar acuerdos concretos alcanzados durante la reunión por todos los participantes, aunque destacó que se expresó una amplia preocupación por la seguridad energética y alimentaria. Además, manifestó que solo "algunos países expresaron su condena al acto de invasión".
Ausencia del contacto entre Blinken y Lavrov
Aunque el canciller ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario del Departamento de Estado de EE.UU., Antony Blinken, estuvieron en la misma sala por primera vez desde el inicio del operativo militar ruso en Ucrania, ambos "se ignoraron mutuamente", detalla AP.
Además, Blinken volvió a culpar a Rusia del bloqueo de millones de toneladas del grano en los puertos ucranianos en el mar Negro durante la segunda sesión del G20. Sin embargo, solo estuvo una suplente de Lavrov en aquel momento. La representante anotó al inicio de su discurso que no tenía comentarios preparados para responder a Blinken, según comunicó a AP una fuente diplomática que estuvo en el encuentro a puertas cerradas.
El jefe de la diplomacia rusa salió al menos dos veces de los actos en el marco de la reunión. La primera vez fue cuando la ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, intervino en la sesión de apertura y la segunda ocurrió, cuando el canciller ucraniano, Dmitri Kuleba, arrancó su discurso por videoconferencia, asegura el medio, citando a un diplomático occidental que estuvo presente durante los eventos.
Falta de "cortesía y de normas de ética"
Comentando los resultados de la agenda de trabajo, Lavrov sostuvo que la reunión de ministros de Exteriores del G20 expuso la división de opiniones que existe en Occidente respecto a Kiev, demostrando así que para ellos lo "importante es su ideología y no el bienestar del pueblo ucraniano ni la seguridad de Europa".
Además, el jefe de la diplomacia rusa señaló que hizo preguntas "muy contundentes" a sus homólogos occidentales y que no pudieron responderle. "No tienen respuestas para estas preguntas, solo una rusofobia rabiosa, con la que reemplazan la necesidad de llegar a un acuerdo sobre temas clave de la economía y las finanzas globales", lamentó.
Incluso los ministros de Exteriores de los países miembros del G7 (Alemania, Canadá, EE.UU., Francia, Italia, Japón y Reino Unido) no acudieron a la recepción oficial de bienvenida organizada por el Gobierno indonesio, a lo que Lavrov calificó como una falta de "cortesía y de normas de ética".
"No corremos detrás de nadie"
Asimismo, Lavrov adelantó que Rusia no tiene la intención de animar a Estados Unidos a reanudar los contactos mutuos. Recordó que no fue Moscú quien decidió suspender los contactos, sino Washington. "No corremos detrás de nadie, ofreciendo una reunión. Si no quieren hablar, es su elección", subrayó.
Rusia, dispuesta a cooperar con el tema del grano ucraniano
Refiriéndose al tema de inseguridad alimentaria, el canciller denunció que varios países occidentales continúan con sus intentos de bloquear artificialmente el suministro de cereales rusos destinados a otras naciones.
"Los datos muestran muy claramente que el grano bloqueado en los puertos de Ucrania representa menos del 1 % de la producción mundial, por lo que no tiene un impacto real en la seguridad alimentaria. Todo lo que se necesita es que Occidente deje de bloquear artificialmente nuestros suministros en aquellos países con los que se acordó el abastecimiento de cereales", expresó.
En cuanto a los granos de Ucrania que permanecen bloqueados en el territorio de ese país, Rusia está dispuesta a trabajar con Kiev y con Turquía para que dichos productos puedan ser exportados. Pero Occidente debe obligar a Kiev a desactivar las minas en el mar Negro, y así Moscú y Ankara podrán garantizar la seguridad de los buques cargueros, aclaró.