El primer ministro israelí, Yair Lapid, llamó el viernes al presidente de Palestina, Mahmud Abbás, para discutir asuntos de seguridad de cara a la visita del presidente estadounidense, Joe Biden, a Israel y Cisjordania la próxima semana.
Lapid, quien se desempeña en calidad de interino hasta que el país vuelva a votar por un nuevo gobierno en noviembre próximo, habló con el líder palestino sobre "la continuación de la cooperación y la necesidad de garantizar la tranquilidad y la calma", según un comunicado de su oficina. Un ayudante de Abbás confirmó que ambos habían "discutido brevemente la situación actual".
La conversación marca la primera conversación entre Abbás y un líder israelí en varios años, a falta de avances hacia una solución del prolongado conflicto palestino-israelí.
El día anterior, Abbás se reunió en Ramala con el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, un encuentro que se llevó a cabo en "un ambiente positivo y de buen espíritu" y que terminó con el acuerdo de ambos de "evitar cualquier paso que socave la estabilidad", según comentó el ministro de Defensa e informan medios locales.
Gantz "deseó al presidente de la Autoridad [Palestina] y a toda la población palestina un bendito Eid al-Adha", lo que alude a una importante festividad musulmana que comienza el viernes.
Abbás y Gantz se han reunido más de una vez desde que se formó el último gobierno israelí, y el año pasado anunciaron un programa para mejorar las condiciones económicas en Cisjordania, aunque no está claro hasta qué punto esto se ha concretado.
El líder palestino también habría hablado por teléfono con el presidente israelí, Isaac Herzog, según informes.
La visita de Biden
Biden visitará Israel y Palestina la próxima semana y espera reunirse con los líderes de ambos países. Un asesor de Abbás declaró a medios de comunicación israelíes que el líder palestino pretende aprovechar la visita del mandatario estadounidense para intentar un cambio en la situación diplomática entre Israel y Palestina, una tarea ardua, dado que el proceso oficial de paz fracasó hace más de una década.
Los planes de Abbás representan un giro importante para Palestina, si se considera el deterioro de las relaciones con Washington durante la administración Trump, después que el entonces presidente trasladara la Embajada estadounidense en Israel desde Tel Aviv, la capital del país reconocida internacionalmente, a Jerusalén, que Israel considera como su legítima capital.
Sin embargo, nada indica que el gobierno de Biden pretenda volver al status quo anterior a Trump, ya que ni siquiera se ha hablado de abrir un consulado palestino en Jerusalén.