Dos hombres, pertenecientes a familias distintas, pudieron reencontrarse con sus allegados, luego de décadas de haber perdido el contacto y considerarse como desaparecidos, en medio de la violencia del conflicto armado en Colombia.
Detrás de esta reunión está la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), un mecanismo extrajudicial, humanitario e independiente que surgió tras la firma del acuerdo de paz entre el Estado colombiano y las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Hasta ahora, según afirmó la directora de la UBPD, Luz Marina Monzón Cifuentes, ese mecanismo ha logrado encontrar a siete personas vivas, entre las que se encuentran estas dos últimas, que no veían a sus familiares desde hace más de 20 años.
En el país suramericano hay 99.235 personas que han sido dadas por desparecidas, según datos de la citada organización. Que estas personas hayan aparecido vivas es un hecho extraordinario en un país donde los familiares suelen buscar a sus seres queridos en fosas comunes, cementerios y lugares baldíos.
En Colombia, según Medicina Legal, aún hay 200.000 cuerpos sin identificar, cuyas muertes ocurrieron principalmente a partir del año 2002, registrando su etapa más crítica entre 2006 y 2008, durante la administración de Uribe.
El padre ausente
Un hombre afrodescendiente, de 57 años, pudo reunirse con sus dos hijas, de 37 y 34 años, con una nieta y con la que fuera su compañera. La familia se desintegró y perdió contacto en 1993, en medio de un contexto de violencia y reclutamiento forzado por parte de los grupos armados que operaban en la ciudad de Pasto, en el departamento de Nariño, y de varios desplazamientos forzados.
Luego de que la familia tuviera que desplazarse, el padre emigró. Por más de 25 años estuvo entre el centro y sur del país y fue víctima de nuevos desplazamientos en los departamentos de Caquetá, Tolima, Huila y Putumayo. Además, fue secuestrado y sometido a trabajos forzados por organizaciones armadas.
La madre de sus dos hijas mantuvo la búsqueda por años y la detuvo tras sufrir amenazas. Del mismo modo, se convirtió en líder de una organización social que realiza la misma labor en la zona donde habita.
Sin embargo, en febrero del año pasado retomaron las labores de búsqueda del padre, a través de la UBPD en Pasto, que finalmente dio con él.
Este reencuentro estuvo coordinado por el Plan Regional de Búsqueda Centro Nariño, que opera en los municipios de ese departamento. En esa zona del sur del país existe un universo de 664 personas dadas por desaparecidas.
Los hermanos que se abrazan
Dos hermanos que no se veían desde el año 2000 pudieron abrazarse de nuevo tras las gestiones del Plan Regional de Búsqueda Cordillera Central, que hizo lo posible para que esto ocurriera.
'Darío', como ha sido llamada la persona que estuvo ausente de la familia por más de 20 años para resguardar su identidad, desapareció en mayo de 2000 cuando un grupo armado lo obligó, junto a otros jóvenes, a subir a un camión en el municipio San Antonio, en el sur del departamento del Tolima.
La búsqueda la inició su madre, en octubre de 2021, cuando se puso en contacto con la UBPD y planteó su caso. La desaparición de 'Darío' fue denunciada ante la Fiscalía en 2014, cuando desapareció otro hijo de 14 años.
A partir de allí, la Unidad obtuvo los primeros indicios para dar con su paradero.
"Para mí es una felicidad muy grande después de 22 años de no saber nada de mi hermano", expresó 'Julio', su hermano, cuya identidad también ha sido protegida, que asistió al reencuentro.
Por su parte, 'Darío' afirmó que tras una desaparición de ese tipo persiste el miedo a alguna represalia. "Hay secuelas, muchas secuelas", reconoció.
"Hay esperanzas, no solamente para uno, sino para muchos que sé que en el momento quisieran también ver a un familiar, porque sé que están perdidos como yo", agregó.
El Plan Regional de Búsqueda Cordillera Central tiene datos de 1.315 personas desaparecidas en el Tolima y Huila. La hipótesis que manejan sobre el caso de 'Diario' y otros campesinos de la región es que podrían haber sido víctimas de desaparición forzada, entre 1999 y 2010, debido a que las estructuras armadas los señalaron como supuestos informantes.
En un video institucional, Monzón Cifuentes catalogó de "muy satisfactorio" el desenlace de la búsqueda y el "ofrecer resultados y respuestas a familias que durante mucho tiempo no han cedido en la búsqueda de sus seres queridos".
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