La NASA difundió esta semana las primeras imágenes en color y de alta resolución captadas por su telescopio espacial James Webb, valorado en unos 10.000 millones de dólares. Se trata solo de un adelanto de las capacidades del observatorio de nueva generación de la agencia espacial estadounidense.
Anunciado como el sucesor del Hubble, que fue puesto en órbita en 1990, el Webb fue diseñado para mirar tan profundamente en el espacio como nunca antes, gracias a potentes instrumentos que pueden capturar detalles que hasta ahora resultaban indetectables. Aquí comparamos las instantáneas hechas por el nuevo telescopio con las de su famoso predecesor.
El cúmulo de galaxias SMACS 0723
Entre las primeras imágenes del Webb se encuentra una espectacular vista de un cúmulo de galaxias conocido como SMACS 0723. La reciente foto muestra el cúmulo tal y como apareció hace 4.600 millones de años, con miles de galaxias brillantes situadas en una pequeña porción de cielo. Esto incluye, además, objetos celestes extremadamente distantes que se formaron durante los primeros días del universo.
Al comparar las imágenes infrarrojas obtenidas por el Hubble y el Webb en esa zona, es posible ver cómo el nuevo instrumento es capaz de mirar más profundamente en el universo, haciendo que algunos de los objetos más tenues del espacio queden enfocados de forma más nítida. Además, la imagen tomada por el instrumento del infrarrojo medio (MIRI, por sus siglas en inglés) del Webb ofrece un caleidoscopio de colores y destaca dónde está el polvo, un elemento fundamental para la formación de las estrellas y, en última instancia, de la propia vida, indica la NASA.
La nebulosa de la Quilla
En otras imágenes se puede observar parte de la nebulosa de la Quilla, también llamada nebulosa de Carina. Se trata de una región de formación estelar activa, situada a unos 7.600 años luz de la Tierra en la constelación de Quilla. La vista que aportaba el Hubble de esa 'guardería' estelar ya era impresionante, pero las cámaras infrarrojas del Webb son capaces de atravesar el polvo cósmico, revelando zonas antes invisibles donde nacen nuevas estrellas.
La imagen del Webb muestra el borde de la gigantesca cavidad gaseosa que está dentro de NGC 3324, una región cercana y joven donde se forman estrellas. La zona cavernosa ha sido 'tallada' en la nebulosa por la intensa radiación ultravioleta y los vientos estelares de estrellas jóvenes extremadamente grandes y calientes, ubicadas en el centro de la burbuja, sobre el área que se muestra en esa foto.
La nebulosa del Anillo del Sur
Además, ambos telescopios captaron la nebulosa planetaria del Anillo del Sur, una nube de gas en expansión que rodea a una estrella moribunda a unos 2.000 años luz de distancia. Los potentes 'ojos' infrarrojos del Webb captaron algunas de sus características con nuevos y exquisitos detalles, incluyendo anillos de gas y polvo expulsados en todas las direcciones por el debilitamiento de dos estrellas en su centro, explica la agencia espacial.
Desde su nacimiento hasta su muerte como nebulosa planetaria, el Webb puede explorar las cortezas expulsoras de polvo y gas de las estrellas que envejecen y que un día pueden convertirse en una nueva estrella o planeta.
El Quinteto de Stephan
Tanto el Hubble como el Webb tomaron imágenes de un grupo distante de cinco galaxias, conocido como el Quinteto de Stephan, que se encuentra a casi 300 millones de años luz de distancia de nuestro planeta, en la constelación de Pegaso.
La visión que da el nuevo telescopio de este grupo compacto de galaxias atravesó el manto de polvo que rodea el centro de una de ellas, para revelar la velocidad y la composición del gas cercano a su agujero negro supermasivo. Ahora los científicos pueden echar un vistazo, con un grado de detalle sin precedentes, a cómo las galaxias que interactúan entre sí están provocando la formación de estrellas en las demás y cómo el gas de estas galaxias está siendo perturbado.
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