Un equipo de científicos de la compañía de análisis genético Wisdom Panel ha realizado el mayor estudio hasta la fecha sobre el ADN de los gatos domésticos. El equipo ha estado dirigido por la genetista Heidi Anderson, jefa de genética felina en la compañía. En la investigación se genotipificaron más de 11.000 ejemplares y se identificaron 13 variantes génicas asociadas a enfermedades en 47 razas o subtipos en las que no se habían documentado previamente. Por otra parte, entre los gatos callejeros solamente se descubrieron tres variantes asociadas a enfermedades, según describe el equipo en un artículo publicado en la revista científica Plos Genetics.
Los gatos domésticos son uno de los animales de compañía más populares del mundo, y los gatos con pedigrí solo representan pequeñas subpoblaciones únicas. En la investigación se estudiaron 10.419 gatos con pedigrí (de 90 razas y subtipos de razas) y 617 gatos callejeros para determinar las variantes genéticas asociadas a enfermedades conocidas, el tipo de sangre y otras características físicas. Algunas de estas enfermedades son bien conocidas y el estudio abordó su frecuencia y distribución en las diferentes razas y variantes.
El estudio destaca la relevancia de la detección genética en todas las razas para avanzar en la comprensión científica de las enfermedades felinas. Además, proporciona conocimientos a los criadores y veterinarios para que puedan tratarlos más eficazmente y así mejorar la salud y el bienestar de estos animales domésticos.
Un ejemplo de estas enfermedades con base genética es la osteocondrodisplasia, que provoca la oreja doblada de la raza Scottish Fold y que está causada por una mutación dominante que afecta al desarrollo del cartílago. Las reglas que se siguen para la reproducción del Scottish Fold no permiten el apareamiento entre dos gatos de orejas plegadas porque la unión de dos ejemplares de esta raza conlleva un agravamiento de la enfermedad entre sus cachorros.
Los investigadores han identificado variantes asociadas a enfermedades que afectan a todo tipo de gatos, como la poliquistosis renal, y a razas específicas, como la hipotricosis en gatos de Birmania.
Por otro lado, los gatos tienen tipos de sangre A, B o AB, pero no tienen el tipo O. Conocer el tipo de sangre es importante por si se necesita una transfusión y también puede ser crucial para el resultado del apareamiento. Por ejemplo, las gatas con sangre de tipo B que tienen crías de tipo A desarrollan anticuerpos que llegan al calostro, o "primera leche", y que pueden ser letales al provocar una enfermedad llamada isoeritrolisis neonatal.
Aunque la domesticación de los felinos tuvo lugar hace aproximadamente 10.000 años, los gatos con pedigrí surgieron hace 150 años. La mayoría de las casi 100 razas de gatos conocidas y sus variedades tienen menos de 75 años. Aun así, se mantienen fieles a las especies de gato ancestrales, ya que tienen aproximadamente el mismo tamaño y forma. La razón puede estar en la menor presión selectiva que han tenido en su domesticación, si lo comparamos con los perros. Un gato no es tan funcional como un perro.