Las acciones de Wall Street cerraron este jueves con un balance mixto después de que los nuevos datos de inflación, más elevados de lo esperado, y los decepcionantes resultados trimestrales de dos grandes bancos estadounidenses provocaran un creciente temor a una recesión económica.
El índice Dow Jones Industrial Average cayó 142,62 puntos, lo que equivale un 0,46 %, hasta 30.630,17. El Standard & Poor's 500 (S&P 500) perdió 11,4 puntos, o un 0,30 %, hasta 3.790,38. Por su parte, el Nasdaq Composite sumó 3,60 puntos, o 0,03 %, hasta llegar a 11.251,19. Ocho de los 11 principales sectores del índice S&P 500 terminaron la jornada en terreno negativo, siendo el financiero el que sufrió la mayor pérdida porcentual, con una caída del 1,9%, informa Reuters.
Resultados de JPMorgan y Morgan Stanley
Inicialmente, tres de los índices bursátiles estadounidenses más importantes se desplomaron este jueves con fuerza tras hacerse públicos los resultados del segundo trimestre de los bancos JPMorgan Chase & Co. y Morgan Stanley. Ambos informaron de la caída de los beneficios y advirtieron de la inminente desaceleración económica. Las acciones de JPMorgan Chase y Morgan Stanley cayeron un 3,5 % y un 0,4 %, respectivamente, mientras que el índice S&P Banks cedió un 2,4 %.
Sin embargo, las pérdidas se redujeron a medida que avanzaba la jornada, y el avance de los valores de microchips contribuyó a que el índice compuesto del Nasdaq obtuviera una ganancia nominal. "Hubo una respuesta irracional a los resultados de JPMorgan y Morgan Stanley", señaló Jay Hatfield, director ejecutivo y gestor de carteras de InfraCap en Nueva York. "No fue una sorpresa que la banca de inversión fuera débil", dijo. "JPMorgan advirtió que hay incertidumbre en el mercado, pero si están vivos y respiran saben que hay incertidumbre en el mercado", añadió.
Inflación
Al mismo tiempo, la preocupación por la recesión se agravó cuando el índice de precios al productor del Departamento de Trabajo de EE.UU. se hizo eco de los datos del índice de precios al consumo de este miércoles, que mostraban una inflación superior a la esperada en junio. Las caídas empezaron a disminuir después de que el gobernador de la Reserva Federal (Fed), Christopher Waller, anunciara que era partidario de una nueva subida de los tipos de interés de 75 puntos básicos en julio, aliviando así el temor a una subida aún mayor, de 100 puntos básicos.
"La Fed va a subir los tipos en 75 puntos, pero no debería hacerlo", dijo Hatfield, añadiendo que el banco central "ya ha hecho mucho para reducir la inflación, pero no se van a dar cuenta hasta que lo vean por el retrovisor". "Lo que hay que recordar sobre la Fed es que es casi como si su tercer mandato fuera estar detrás de la curva", añadió.
Por su parte, la Oficina de Estadísticas Laborales, indicó en un informe publicado este miércoles que para junio sitúa el alza del índice de precios al consumidor de la economía estadounidense en el 9,1 %, lo que constituye el ritmo más rápido de incremento anual de la inflación desde noviembre de 1981. Entre los productos afectados resaltan la energía, los alimentos y la atención dental, que alcanzaron niveles no vistos en varias décadas.
"Habrá una recesión, pero leve", opinó Oliver Pursche, vicepresidente senior de la asesoría de inversiones Wealthspire Advisors, en Nueva York. "El componente clave es la fortaleza continuada del mercado laboral. Dada la situación del empleo, no es una amenaza inmediata", explicó.