El dólar ha alcanzado máximos históricos respecto a divisas como el euro o el yen, lo que podría marcar el comienzo de un círculo vicioso para la economía global, advierte Bloomberg.
Ante los crecientes temores de una recesión, que se intensifican por las preocupaciones de la seguridad energética de la Unión Europea, así como por la actual situación inflacionaria internacional, el dólar superó el pasado miércoles el valor del euro por primera vez en 20 años.
La moneda estadounidense ocupa un lugar especial en los mercados internacionales. Cuando crece la incertidumbre en la economía global, los inversores suelen buscar refugio en los activos denominados en dólares, fortaleciendo a la moneda norteamericana frente a las demás. Esta fue la causa de la apreciación del dólar en marzo de 2020, a pesar del desplome de los mercados internacionales, y es la razón por la cual está creciendo ahora mismo.
La gran mayoría del comercio transfronterizo sigue estando denominado en dólares, por lo que la apreciación de esta divisa, históricamente se ha traducido en un duro golpe para la economía mundial.
Frente a una inflación mayor a lo previsto y a los todavía elevados precios de las materias primas, han surgido preocupaciones de que la economía global está entrando en un 'bucle de fatalidad' sin precedentes; un fenómeno económico en el que cada decisión tomada para romper con un ciclo malo sirve solo para reforzarlo.
Jon Turek, fundador de la consultora de fondos de cobertura JST Advisors, señala que el ritmo récord con el que la Reserva Federal de EE.UU. está elevando las tasas de interés clave, reduce las posibilidades de que el mundo abandone este ciclo en los próximos meses.
"Tenemos al problema europeo, que crea la presión sobre el euro, lo que hace subir al dólar, lo que empeora el ciclo manufacturero, que vuelve a rescindir en todo esto", explicó el experto.
Bloomberg destaca que si bien ya han habido periodos de notable fortaleza del dólar, como en 2016 o 2018, en el que la divisa se fortaleció cuando la Reserva trató de endurecer su política y se detuvo una vez que institución intervino, en el actual contexto las autoridades financieras tienen mucho menos espacio de maniobra para revertir su curso. Esto después de que el Índice de Precios al Consumidor se situara en 9,1 % en junio, un nivel no visto en 40 años.