El enfrentamiento que mantienen los poderes Ejecutivo y Judicial de Argentina recrudeció esta semana con las fuertes críticas que lanzó la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en contra de la Corte Suprema y que, a su vez, fueron respaldadas por el presidente Alberto Fernández.
La expresidenta transmitió un mensaje grabado en el que no escatimó descalificaciones hacia jueces y fiscales que suelen maniobrar políticamente en sus investigaciones y fallos, y no con la independencia que exigen sus cargos.
El caso más reciente es el de los jueces Mariano Llorens, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, quienes el pasado viernes anularon el procesamiento del expresidente Mauricio Macri en la causa en la que se le investigaba por el ya comprobado espionaje de su Gobierno a los familiares de los tripulantes fallecidos en el hundimiento del submarino Ara San Juan, ocurrido en 2017.
La sentencia, que también sobreseyó a otros 10 exfuncionarios de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), desató una controversia, ya que estos jueces fueron favorecidos durante el macrismo con traslados a la Cámara Federal, una instancia superior del Poder Judicial de este país.
A partir del escándalo, se repitió una escena ya conocida en Argentina: si los jueces fallan a favor de un político, este los aplaude y asegura que "triunfó la verdad"; en caso contrario, los descalifica y les atribuye intereses políticos.
Otra norma es que el Poder Judicial suele acomodarse al Gobierno de turno y avanzar sobre las denuncias que acosan a los expresidentes, pero solo una vez que dejaron el cargo. Le ocurrió tanto a Fernández de Kirchner como a Macri.
Ahora esa práctica podría cambiar, ya que un tribunal está a punto de emitir un fallo crucial en una causa por presunta corrupción que involucra a Fernández de Kirchner. Según la vicepresidenta, la sentencia en su contra ya está escrita de antemano.
Denuncias
"De la Corte ejemplar a la Corte de los cuatro: breve crónica de la decadencia", fue el título que eligió la vicepresidenta para analizar el devenir de la Corte Suprema desde la época de su fallecido esposo y antecesor, Néstor Kirchner, quien reformó un órgano que estaba desprestigiado al máximo.
Durante esta primera etapa del kirchnerismo, incluso la oposición reconoció la independencia del máximo órgano de Justicia, que recobró una buena reputación ante la opinión pública.
Fue a partir de 2015, con el inicio del Gobierno de Macri, que la Corte volvió a quedar envuelta en el desprestigio, ya que, apenas al asumir, el nuevo presidente designó dos jueces por decreto, lo que violentaba la Constitución. Fue tal el escándalo institucional, que Horacio Rossati y Carlos Rosenkratz, que ya habían aceptado asumir en medio de esa irregularidad, tuvieron que esperar a ser confirmados por el Senado.
Además, este mecanismo, que le valió a Macri uno de los primeros traspiés graves de su gestión, fue propuesto por Fabián Rodríguez Simón, quien fue su principal operador judicial y que actualmente se encuentra prófugo en Uruguay, acusado de extorsión.
"Este episodio constituyó, sin lugar a dudas, un punto de inflexión en la historia del Poder Judicial argentino y la antesala del proceso de persecución política, judicial y mediática, que se desató en toda la región con ejes muy claros en Brasil, Argentina y Ecuador", afirmó la vicepresidenta al reiterar las denuncias sobre el 'lawfare' (guerra judicial) sufrido por políticos progresistas o de izquierda en la región.
"Esa 'nueva' Corte, no solo convalidó la persecución que aún continúa, sino que además se transformó en un lugar de permanentes intrigas palaciegas y disputas de poder por la presidencia del cuerpo y los recursos del Poder Judicial", agregó.
Fernández de Kirchner recordó que el año pasado, cuando la Corte quedó reducida a cuatro miembros por las jubilaciones de dos jueces, Rosatti se autovotó para ser presidente del órgano, una decisión escandalosa que contó con la protección mediática, al igual que otros casos de nepotismo y presunta corrupción que afectan a los magistrados.
Prejuzgada
La vicepresidenta recordó que los medios de comunicación hegemónicos ya comenzaron a anticipar, "cual modernos Nostradamus", el fallo que dará el tribunal que la juzga en la llamada 'Causa Vialidad', en la que se le acusa de haber encabezado una asociación ilícita que maniobró para entregar millonarias obras públicas en la provincia de Santa Cruz a cambio de sobornos.
De hecho, la Corte Suprema ya rechazó los recursos que interpuso Fernández de Kirchner para frenar el juicio, en sentencias que también fueron anticipadas por la prensa antikirchnerista.
"Fue un fallo totalmente atípico. A la falta de argumentación jurídica y el lenguaje ofensivo utilizado –llegando a citar como antecedente el del genocida Jorge Rafael Videla–, se le sumó el prejuzgamiento explícito y descarado de los cuatro cortesanos, como un aval anticipado para la condena que, tal como dije el 1 de diciembre de 2019 ante el Tribunal Oral, ya la tienen escrita y creo, a esta altura, hasta firmada", aseguró.
El juicio terminará a fines de este año y una condena en contra de la vicepresidenta puede incluir su proscripción como candidata en las presidenciales del próximo año.
"De esta manera el Poder Judicial devenido en Partido Político protector del macrismo y perseguidor de los dirigentes de las distintas fuerzas que se le oponen, coloca a los ciudadanos y ciudadanas en situación de libertad condicional", acusó.
Respaldo
El presidente Alberto Fernández apoyó a la vicepresidenta a pesar de que ambos mantienen una pelea propia que, incluso, ha puesto en duda la continuidad de la coalición peronista gobernante.
"He reflexionado sobre el mensaje que ayer difundió (Fernández de Kirchner). He visto que muchos eligen criticar las formas para evitar el verdadero problema que enfrentamos: nuestra justicia está deslegitimada y necesita, de manera urgente, una reforma profunda y democrática", señaló el mandatario en sus redes sociales.
"Cuando quise reformar la Justicia Federal algunos no me acompañaron. Cuando hablé del mal funcionamiento de la CSJN fui criticado. Dijeron que buscaba la impunidad de ciertos acusados. Los que lo decían son los que aseguran su impunidad con este sistema lamentable de justicia", agregó.
También advirtió que se puede criticar el mensaje de la vicepresidenta, pero sin dejar de debatir el problema y buscar una solución.
"Como presidente sigo comprometido en que los argentinos contemos con una justicia honesta e independiente de los poderes políticos y fácticos como merecemos", dijo.
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