La gigantesca cárcel para 40.000 reos que construye Bukele en El Salvador (y que promete entregar en dos meses)

De momento no hay detalles de la ubicación precisa del penal, pero sí del nombre que le han dado al recinto: centro de confinamiento del terrorismo.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, mostró este viernes el avance de las obras para la construcción de un gigantesco centro penal que, según sus proyecciones, estará listo en dos meses.

"Así va su construcción, estará listo dentro de 60 días. Tendrá espacio para 40.000 terroristas, quienes estarán incomunicados del mundo exterior", aseveró el mandatario. El anuncio se da en el contexto del estado de excepción que declaró el Ejecutivo para librar lo que Bukele ha denominado como la "guerra contra las pandillas".

En el video se observa el avance de la obra, que comenzó hace exactamente un mes en un gigantesco lote. La grabación evidencia cómo se han erigido los muros de contención y el complejo de los pabellones que formarán parte del recinto penitenciario.

Este proyecto de infraestructura, que se construye en tiempo récord en un predio alejado de los centros urbanos, contará con unas 37 torres de vigilancia para evitar fugas. De momento no hay detalles de la ubicación precisa del penal, pero sí del nombre que le han dado al recinto: centro de confinamiento del terrorismo.

40.000 "terroristas"

A finales de marzo de este año, la escandalosa cifra de 87 homicidios en un fin de semana obligó a Bukele a declarar un estado de excepción contra las pandillas, a las que responsabilizó de la oleada de violencia.

En El Salvador hacen vida grupos delincuenciales como la Mara Salvatrucha 13 (M-13) y Barrio 18, que desarrollan sus actividades en los barrios y comunidades. Durante la gestión de Bukele, que ha mostrado números positivos en términos de seguridad, muchos medios especularon sobre un presunto "pacto" entre el Gobierno y las pandillas para pacificar el país.

No obstante, en marzo, el fin de semana sangriento que motivó la declaratoria de estado de emergencia pareció poner fin a ese supuesto acuerdo. De hecho, el presidente arreció su retórica contra la M-13 y Barrio 18, al tildar a sus integrantes como "terroristas".

Desde entonces, la cifra de detenidos ha ido en aumento. Según los datos más recientes, hay unos 46.120 presuntos pandilleros encarcelados, que habrían atentado contra policías y soldados durante los operativos de captura.

Antes de que se decretara el estado de excepción, ya había más de 16.000 pandilleros detenidos, por lo que la urgencia de Bukele por construir un nuevo centro de reclusión parece inminente.

"La guerra contra las pandillas no se detendrá hasta acabar con estos grupos terroristas, sacarlos de las comunidades y mantenerlos presos en los penales", dijo Bukele la semana pasada. Mientras tanto, familiares de los capturados han protestado frente al Parlamento para denunciar que hay muchos inocentes que están tras las rejas, acusados falsamente de ser delincuentes.

Las presuntas "detenciones arbitraras" habrían ocurrido en el contexto del estado de excepción, en vista de que este prevé la suspensión de la libertad de asociación, del derecho a la defensa, la extensión del plazo de las encarcelaciones preventivas y la intervención de las comunicaciones.

Esta situación ha puesto en alerta a organismos internacionales, que denuncian supuestas violaciones a los derechos humanos. Los señalamientos han sido negados de manera reiterada por la administración salvadoreña, que incluso se ha mostrado abierta a la posible verificación de la ONU.

Entretanto, en palabras del ministro de Defensa, René Francis Merino Monroy, los operativos no cesarán hasta que "ya no haya ni un solo pandillero en la calle". Hace un mes, al anunciar que se iniciaba la construcción del megapenal, Bukele reconoció que más allá de las detenciones, en la guerra contra las pandillas faltaba "camino por recorrer". El inmenso recinto para albergar a 40.000 reclusos parecer ser parte de esa ruta.