Este lunes, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó en una entrevista con la Agencia Alemana de Prensa (DPA) que el Kremlin "no es un socio confiable para el suministro de energía a Europa" y que el continente está intentando volverse "completamente independiente" del gas ruso a más tardar en 2027.
"En la actualidad, Rusia suministra gas solo parcialmente o no lo suministra en absoluto a 12 Estados miembros [de la UE]", dijo Von der Leyen. Por ese motivo Europa debe estar preparada para "el peor de los escenarios: un cese total del suministro de gas más pronto que tarde", explicó.
A su juicio, para mitigar las consecuencias, Europa tiene que reducir en un 15 % su consumo de gas para marzo del próximo año, lo que supone 45.000 millones de metros cúbicos de gas. "Cuanto más rápido actuemos, más ahorraremos y más seguros estaremos", añadió.
Al mismo tiempo, la responsable de la CE pidió a los países con poca dependencia del suministro de gas ruso que también participen en los esfuerzos de ahorro energético, porque incluso ellos "no pueden evitar las consecuencias de un posible corte de suministro para el mercado interno".
Las economías europeas están "estrechamente entrelazadas", por lo que a su juicio la crisis del gas afectará a todos los Estados miembros de una u otra forma. "La solidaridad energética es un principio básico de los tratados europeos", recordó la presidenta del Ejecutivo comunitario.
Según la Comisión Europea, una preparación inadecuada ante el posible cese de los suministros rusos podría provocar una caída de la producción económica en Europa en un promedio del 0,9 % al 1,5 %.
- La semana pasada, Ursula von der Leyen presentó un plan de ahorro de gas que prevé una reducción voluntaria del consumo de hasta un 15 % por parte de los países miembros
- El plan, descrito como un "instrumento de emergencia", estipula que a partir de agosto todos los Estados europeos deben intentar reducir el uso de gas para el próximo abril en un 15 %. Si bien se trata de una decisión voluntaria, la medida puede adquirir carácter imperativo en caso de empeorar la situación energética en el bloque comunitario
- Las autoridades españolas, portuguesas y griegas ya han expresado su desacuerdo con la iniciativa